
La mayoría de los venezolanos consideran “necesaria y legítima” una acción militar de EEUU
Un estudio cualitativo realizado en catorce estados de Venezuela demuestra que la mayoría de los ciudadanos (incluidos sectores populares y parte del chavismo blando) ve como necesaria y legítima una acción internacional, incluso militar, para remover a la cúpula del régimen. Los participantes no perciben esta intervención como una amenaza a la soberanía, sino como la única vía viable tras el colapso de todas las alternativas internas y el desconocimiento del triunfo opositor en 2024.
Tiene su lógica que las diversas motivaciones de esa porción minoritaria del país que todavía apoya al régimen de Nicolás Maduro la conduzcan a expresar rechazo y temor ante la posibilidad de una intervención directa de Estados Unidos para desalojar del poder a ese grupo enquistado en Miraflores y en los cuarteles. Y es claramente entendible que quienes son señalados como cabezas de una organización narcoterrorista pasen sus días vociferando contra una amenaza que cada vez parece más cercana en el horizonte.
En ese coro de voces que declara y que utiliza las redes sociales sin cansancio hay de todo. Incluso personajes como el que intentó demostrar con una “encuesta” en X que la opinión pública está en contra y tuvo que rehacerla cuatro veces buscando obtener una respuesta acomodada a su interés. Pese a plantear un escenario apocalíptico que solo existe en su cabeza —50 mil muertos, inflación de 20.000%, destrucción de los ya destruidos servicios básicos—, no lo logró. Y no solo porque nadie se lo toma en serio, sino por el hecho real de que la mayoría de los venezolanos llegó al punto de entender que un régimen autoritario que no respeta los mecanismos democráticos ni los derechos humanos solo puede salir por la fuerza.
Ciertamente, una consulta en X no tiene la base metodológica ni es la herramienta adecuada para llegar a esta conclusión. Sí la tiene y sí lo es, por ejemplo, el trabajo más reciente del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello en conjunto con la encuestadora Delphos, presentado el 20 de noviembre.
“La encuesta evidencia que el deseo de un cambio de gobierno es prácticamente unánime a lo largo del espectro político venezolano”, explicó Benigno Alarcón, abogado y analista: “Casi 8 de cada 10 venezolanos —77,1%— consideran que un cambio de gobierno es ‘necesario’ o ‘muy necesario’”. Y eso incluye al llamado “chavismo blando”.
Una de las conclusiones del estudio, explicó Alarcón, es que la posibilidad de ese cambio se sustenta en la acción interna, pero también en el respaldo y accionar de la comunidad internacional, principalmente en el del gobierno estadounidense.
Hagamos aquí la pregunta: ¿los venezolanos apoyan acciones directas de esa fuerza militar que hoy despliega su poderío en el Caribe? La respuesta es sí.
Pese a la intimidación policial y a los temores naturales que produce la represión por parte del régimen, un grupo de profesionales llevó adelante un estudio cualitativo concentrado en sectores populares de la población. Por razones obvias de seguridad, aquí en La Gran Aldea no podemos identificarlos como corresponde, pero los resultados obtenidos desmontan la narrativa oficialista y la de sus cómplices en la desinformación.
Jorge Lazo, politólogo y docente, actualmente en la Universidad de Ottawa, compartió sus apreciaciones sobre este trabajo con grupos focales en 14 estados de Venezuela: “El estudio se focaliza en recoger opiniones de venezolanos ante el despliegue militar de los Estados Unidos en el Caribe y la posibilidad de que ese despliegue conduzca a la erradicación del Cártel de los Soles, además de otros temas como las negociaciones entre una oposición representada por un sector que no ha acompañado a María Corina Machado y el régimen de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello; más temas como por qué no ha habido manifestaciones de calle en este contexto y qué podrían aspirar los venezolanos en el futuro político del país”.
“Hay una diferenciación en lo que representa la remoción de la cúpula del régimen y lo que la gente entiende por soberanía”, explica Lazo. “El estudio muestra que la gente no asocia una intervención militar norteamericana con un atentado o una acción que ponga en peligro la soberanía de Venezuela. La gente percibe que esa soberanía no está en juego. Lo que está en juego es la posibilidad de remover a esa cúpula, que es una cúpula asociada a la expoliación de los recursos del país y que está compuesta, en la percepción de los venezolanos, por personas que son calificadas y percibidas como asesinos”.
“Los participantes en el estudio tienen una opinión claramente favorable a una acción militar de EEUU; la consideran necesaria y legítima, en virtud de que las otras formas que el país ha intentado durante años no arrojaron ningún resultado”, puntualiza el politólogo. “La percepción es que el régimen agotó todas las salidas y que no hay ninguna otra alternativa, y en virtud de eso, la opción militar —esa intervención militar— sería legítima y necesaria”.
Una de las láminas de la presentación del trabajo a la que tuvo acceso LGA lo apunta claramente: “Ante la percepción de que las acciones internas han llegado a un límite, la esperanza se deposita en el apoyo de organismos internacionales y países clave. La comunidad espera una intervención que complemente los esfuerzos ya realizados por el pueblo”.
“La situación actual ha llevado a la gente a creer que el régimen se impone por la fuerza, lo que ha generado una desilusión con los procesos democráticos tradicionales y una apertura a otras vías de acción”, se lee en el resumen.
Sumado a los intentos frustrados de negociaciones entre representantes de la oposición y del gobierno chavista, el elemento clave que sustenta esta convicción es el desconocimiento por parte de Nicolás Maduro del resultado de las elecciones presidenciales de 2024 y los hechos de represión y persecución contra la población que se desataron posteriormente.
El documento lo ilustra con citas de participantes: “Lo que vino después fue un robo descarado de la voluntad popular”, “Lo que sentimos hoy —la tristeza, la impotencia, la arrechera— no es debilidad. Es lo que nos pasa cuando lo dimos todo y nos lo arrebataron”.
El verdadero enemigo
La de Vladimiro Mujica es una opinión calificada para aportar a este tema. Científico, exdirector del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas, y exmiembro de la Comisión Presidencial para la Reforma del Sistema de Educación Superior, Mujica acumula además la experiencia de una intensa actividad —dentro y fuera del país— en organizaciones de la sociedad civil que trabajan por la causa de la democracia en Venezuela.
La percepción de Mujica acerca de la posición de la gente en Venezuela ante las acciones de la administración Trump es que hay tres bloques.
“Uno, que entiende que la estrategia del gobierno norteamericano es audaz e inteligente en identificar uno de los rasgos más sobresalientes del régimen: su caracterización como Estado forajido controlado por mafias de narcoterroristas, y focalizarse en la misma. Ello desmonta la narrativa de que se trata de una agresión contra Venezuela como nación, y enmarca la acción norteamericana como orientada a destruir el control del narco-Estado sobre el país”, explica.
“El segundo bloque de venezolanos percibe la acción de los norteamericanos con mucho temor porque la asocian con la posibilidad de una operación militar mucho más intensa que, a pesar de que podría estar justificada, genera un espacio de miedo. Un tercer bloque está constituido por los elementos cercanos o financiados por el régimen que insisten en que se trata de un ataque contra la nación y no contra el narco-régimen”.
Mujica plantea que el venezolano tiene mucha más conciencia de lo que se cree en la diferenciación de que lo que se busca no es la imposición de un régimen, sino el restablecimiento de la democracia y el respeto a la decisión de la mayoría expresada a través del voto en 2024.
“Creo que los tres bloques de venezolanos a los que me refiero entienden que los argumentos de algunos sectores sobre un eventual regime change no se corresponden con el hecho de que ya el pueblo venezolano decidió sobre este tema en las elecciones presidenciales del año pasado. Lo que se exige en este momento por la mayoría abrumadora del pueblo venezolano y de su liderazgo legítimo es que se respete la voluntad popular y se restablezca el mandato de la Constitución”.
Jorge Lazo, a partir del sondeo hecho en los sectores populares, aporta: “De acuerdo con los datos que arroja el estudio, los venezolanos lo que aspiran es volver a tomar sus decisiones, protagonizar el destino del país, darle un rumbo y por eso acudieron a las urnas el año pasado, por eso votaron masivamente por un cambio y por eso se obtuvieron los resultados electorales que se obtuvieron. Los venezolanos aspiran a una apertura democrática, a la vuelta al país de la democracia”.
“La traba más importante en ese camino es un régimen que le ha declarado la guerra a su propio pueblo”, establece Mujica. Y no se trata solo de una opinión personal.
“Para los participantes en el estudio, el enemigo del país no está representado ni por EEUU ni por la administración Trump; el enemigo del país lo representa el régimen”, detalla Lazo. “Es un enemigo —según se expresan los participantes— ‘que nos quiere eliminar’. Es un enemigo que atenta contra la integridad física de los venezolanos en sus distintas formas represivas y en el uso del terrorismo de Estado. Es un régimen que amenaza y que está en guerra contra los venezolanos”.
Esa, entonces, es la verdadera guerra en la que estamos. Y la opción de terminarla está clara para la mayoría: “El pueblo venezolano, en Venezuela y en la diáspora, le pide a Trump que sea el líder del esfuerzo internacional por recuperar la democracia y la libertad en Venezuela”, apunta Mujica. “Y que ese esfuerzo no se haga solamente en atención a los intereses de Estados Unidos, sino con respeto y atención a la soberanía y el liderazgo de Venezuela”.