“El pacto con el diablo”, una historia que destroza el almanaque

Elías Pino Iturrieta desmonta el almanaque y escribe historia para entender el presente. En Un pacto con el diablo, muestra que la tragedia venezolana no nació con el chavismo, sino con la renuncia histórica a la república y la entrega del país al poder militar. Bolívar, Páez, Chávez o Maduro: distintas máscaras del mismo pacto con el diablo. Una lectura provocadora, que une pasado y presente para explicar por qué seguimos atrapados en la repetición.

Nuestro colaborador y columnista, Elías Pino Iturrieta, nos entrega una reconstrucción del comienzo de la república que no se limita a contar lo que pasó en su época, sino que se mete con la actualidad de una manera que no es habitual en la forma de trabajar de sus colegas historiadores. Comienza, en su libro de reciente aparición, con el análisis de lo que sucedió a partir de la batalla de Carabobo, pero de pronto salta la barrera del tiempo para incluir en el relato las situaciones que vive Venezuela cuando llega el chavismo. Habla de los militares del pasado que atentaron contra el presidente José María Vargas, pero no vacila en descubrir la misma situación en los oficiales que se levantaron contra CAP II para quedarse después en el poder. Algo inusual en las maneras de la historiografía, por decir lo menos.

Por consiguiente, estamos ante una forma insólita de reconstruir los inicios venezolanos después de la desaparición de la Gran Colombia, para ofrecer un vínculo con las esperanzas y tragedias de la actualidad, a las cuales no se les ha encontrado una raíz tan antigua, o seguramente tan rebuscada. Porque, para explicar lo que sucede en el país dominado por el chavismo, parece innecesario —o superficial y rocambolesco— ponerse a escribir sobre lo que pasa en 1822 o en 1835, como sucede en el libro, a menos que el autor quiera ganar lectores a través de un texto más de superficie que de profundidad. Es lo que se desprende de leer con prisa Un pacto con el diablo. Los orígenes del liberalismo venezolano, editado por Artesa, que fue presentado hace poco. Pero, si se lee con calma, no estamos ante una improvisación, sino ante un desafío de comprensión que puede explicar muchos de los temas que importan a los venezolanos de la actualidad.

Porque lo que sucede con los venezolanos de hoy no es una tragedia de actualidad o un error inesperado, afirma el autor, sino el resultado de pactos que hemos hecho desde hace tiempo con el diablo. O con los diablos de turno, más bien, debido a que —de acuerdo con el análisis de Pino Iturrieta— los primeros mandones del averno con los cuales hubo que negociar fueron Bolívar y Páez, apreciados generalmente como figuras del azul firmamento que cobija a los venezolanos. Ya aquí comienza a ponerse interesante el libro, debido a que muda a adorados protagonistas del cielo al sótano más profundo, o por lo menos al purgatorio, para que los lectores nos pongamos a pensar sobre las razones de un viraje tan radical. “Pino Iturrieta es un provocador”, dijo la historiadora Inés Quintero cuando presentó el libro hace poco, y tal vez por aquí van los tiros de esa munición hecha en forma premeditada.

Hay dos motivos de provocación que debo mencionar, porque saltan a la vista. Primero, las denuncias del autor sobre la ignorancia de los políticos de la actualidad, que no pueden ofrecer soluciones satisfactorias a la crisis del presente por su desconocimiento de la historia de Venezuela, una ignorancia supina, de acuerdo con lo que dice y repite. Segundo, la afirmación de que el problema de nuestra sociedad no es la pérdida de valores fundamentales como la democracia y la libertad, sino la destrucción de la república iniciada por Chávez y concluida hoy por Maduro. Si no se entiende que la hazaña de nuestros días es, esencialmente, la fundación de una república —porque la que había fue destruida por la militarada de turno—, no hay manera de salir del atolladero, concluye.

El último punto que debo destacar se refiere al abordaje del liberalismo del siglo XIX que hace Pino Iturrieta y a su manera de vincularlo con el liberalismo que en la actualidad encarna María Corina Machado. Se trata de un recorrido que, aparte de mostrarnos elementos generalmente desconocidos o subestimados sobre una corriente del pensamiento que creó la primera república digna de tal nombre que hemos tenido, encuentra las raíces del proyecto político que pretende establecerse cuando culmine la actual dictadura. La historia del siglo XIX puesta al servicio de las necesidades de la actualidad, debido a cómo la escribe el autor desde una heterodoxia digna de ponderación.

En las páginas de Un pacto con el diablo. Los orígenes del liberalismo venezolano, no hay miramientos con el almanaque, porque se escribe sobre el pasado para que la actualidad se vea con ojo certero. Para que la historia, en realidad, nos sirva, me atrevo a afirmar. Tal vez compartan la opinión si se acercan a sus páginas.

La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.