
Dos pilotos veteranos y una aviación en decadencia: lo que revela el incidente con el USS Jason Dunham
Revelan identidad de los agentes del régimen que pilotearon los aviones que sobrevolaron buques de Estados Unidos.
El reciente incidente en el Mar Caribe, donde dos aviones F-16 de la Aviación Militar Bolivariana sobrevolaron de forma amenazante al destructor estadounidense USS Jason Dunham, dejó en evidencia tanto la temeridad del régimen de Nicolás Maduro como la precariedad de sus fuerzas aéreas.
Los pilotos fueron identificados por el exfuncionario estadounidense Marshall S. Billingslea como Cruz Alfredo Esteves Silva (44 años) y Alfredo Tanzella Rangel (55 años). La edad de ambos no es un dato menor: que el régimen tenga que enviar a oficiales de mediana edad y hasta cercanos al retiro para este tipo de misiones refleja la carencia de cuadros jóvenes con la preparación suficiente para operar los pocos aviones de combate que aún quedan en condiciones de volar.
“Estos dos casi descubren las consecuencias. Los próximos pilotos enviados a atacar nuestros barcos deberían volar sus aviones a Puerto Rico y desertar”, advirtió Billingslea en X, aludiendo al riesgo real de que las aeronaves venezolanas hubieran sido derribadas.
Un inventario escaso y envejecido
Según información compilada por analistas militares y divulgada por el usuario de X @Arr3ch0, el inventario actual de la Aviación Militar Bolivariana es tan limitado como frágil:
- 6 F-16A y 1 F-16B, aunque no hay tripulación suficiente para todos.
- 13 Su-30, también con déficit de pilotos.
- 15 K-8, con aviadores jóvenes pero con muy pocas horas de vuelo.
- 11 helicópteros Superpuma y Cougar.
- 5 MI-17.
- 3 aviones de transporte Y-8.
- 1 Hércules C-130.
- 2 AT-27.
Más allá del número reducido de aeronaves, la gran mayoría enfrenta un problema crítico: la falta de pilotos capacitados y la carencia de armamento operativo. Según la misma fuente, muchos de los misiles, bombas y municiones están vencidos o en estado inservible, lo que reduce aún más la capacidad de combate real.
El costo de la propaganda
El despliegue de Esteves Silva y Tanzella Rangel no responde a una estrategia militar efectiva, sino a una puesta en escena propagandística para el consumo interno. Enviar aviones contra un destructor estadounidense fuertemente armado, en medio de un operativo internacional contra el narcotráfico, es un riesgo desproporcionado que evidencia desesperación más que fuerza.
La edad de los pilotos, sumada a la falta de relevos jóvenes y de entrenamiento real, expone la decadencia de una aviación que en los años 80 y 90 llegó a ser de las más respetadas de la región. Hoy, con apenas un puñado de aeronaves en servicio, sin repuestos confiables y con pilotos que acumulan más horas de desfile que de vuelo, la Fuerza Aérea venezolana está muy lejos de ser un disuasivo creíble.
El incidente con el USS Jason Dunham demuestra tres cosas:
- Que el régimen chavista está dispuesto a arriesgar vidas de sus propios oficiales para enviar mensajes políticos.
- Que la Fuerza Aérea venezolana es hoy una estructura corroída por la falta de personal, el desgaste técnico y la obsolescencia del material de guerra.
- Están infiltrados.
En ese contexto, la advertencia de Billingslea cobra más sentido: cada piloto que sea enviado a cumplir órdenes suicidas tiene una alternativa. Volar a Puerto Rico, aterrizar, y desertar.