
Colombia de luto: muere Miguel Uribe Turbay tras dos meses de agonía por atentado en Bogotá
Con la muerte de Miguel Uribe Turbay, Colombia pierde a un joven líder que combinaba firmeza política, compromiso social y visión regional. Su asesinato es una herida más en la ya golpeada democracia colombiana.
En un episodio que revive las heridas de los magnicidios que marcaron a Colombia en la década de los noventa, el senador y precandidato presidencial por el Centro Democrático, Miguel Uribe Turbay, falleció este lunes, dos meses después de haber sido atacado a tiros durante un mitin político en Fontibón, al occidente de Bogotá.
El atentado ocurrió el 7 de junio de 2025, cuando un adolescente de 15 años abrió fuego contra el dirigente en plena actividad proselitista. El joven fue detenido en el lugar con una pistola calibre 9 mm y, desde entonces, permanece bajo un programa de custodia con identidad reservada dispuesto por el Gobierno de Gustavo Petro.
El prolongado tratamiento médico no logró revertir las graves lesiones que sufrió Uribe Turbay, quien se mantuvo hospitalizado hasta su muerte. Su fallecimiento transforma el atentado en un magnicidio, un hecho que conmociona a la política nacional y despierta temores sobre la seguridad de los líderes en un clima de creciente polarización.
Un aliado de la causa venezolana
Miguel Uribe Turbay no solo fue un referente del Centro Democrático y una figura ascendente en la política colombiana, sino también un firme defensor de la lucha por el restablecimiento de la democracia en Venezuela.
«Si en Venezuela no hay democracia, en Colombia jamás habrá paz», afirmó poco antes del ataque que acabaría con su vida, dejando claro que la crisis del país vecino no era, para él, un asunto ajeno.
Dolor y legado familiar
La vida de Uribe Turbay estuvo marcada por una tragedia personal que conmovió a Colombia. En 2002, su madre, Diana Turbay, periodista y directora de la revista Hoy x Hoy, murió durante un operativo de rescate mientras permanecía secuestrada por las FARC. Aquel episodio, descrito en detalle por La Gran Aldea, llevó al joven Miguel a un profundo proceso de reflexión que lo condujo del resentimiento más hondo hacia un mensaje de perdón y reconciliación.
Reacciones nacionales
El expresidente Iván Duque lamentó su partida y lo describió como “un hombre íntegro, comprometido con Colombia y con la democracia”.
El exalcalde de Medellín Federico Gutiérrez expresó que “Miguel Uribe fue un líder valiente, con ideas claras y amor por este país. Su asesinato es un golpe para todos”.
El expresidente Álvaro Uribe Vélez lo recordó como “un joven que honró la política con decencia y firmeza”.
Desde el Gobierno, la vicepresidenta Francia Márquez manifestó sus condolencias a la familia y rechazó el acto de violencia, señalando que “Colombia debe decir no a la violencia política y sí a la vida”.
Un país que vuelve a enfrentar sus fantasmas
El asesinato de Miguel Uribe Turbay ocurre en un momento de tensión política y social en Colombia, reabriendo las dolorosas páginas de su historia reciente. El magnicidio no solo corta la vida de un dirigente con proyección presidencial, sino que plantea preguntas urgentes sobre la seguridad, la intolerancia y el rumbo democrático del país.