¿»Vuelve» Chevron a Venezuela? Algunas notas regulatorias

El 24 de julio varios medios informaron que la administración de Trump habría “renovado” la licencia a Chevron para operar en Venezuela. Pero no se trata de una renovación: la Licencia General Nº 41 expiró. Lo que se estaría otorgando es una licencia específica.

El 24 de julio de 2025 diversos medios de comunicación informaron que la administración de Trump habría “renovado” la licencia a Chevron. Según esta noticia, Chevron habría obtenido una “licencia especial” para retomar la producción y comercialización de petróleo.

No sería la primera vez que este tipo de anuncios no se materializan. En todo caso, más que especular sobre lo que puede pasar, creo importante aclarar algunos aspectos regulatorios.

  • Chevron no ha cesado operaciones en Venezuela, a pesar de la extinción de la Licencia General nº 41. OFAC habría emitido una licencia específica que permitió a la empresa mantener su posición como socia minoritaria de empresas mixtas. Sin embargo, esta licencia no permitiría a Chevron producir y comercializar petróleo con base en contratos de participación productiva (CPPs), el nuevo modelo implementado por PDVSA desde 2022.
  • La noticia no versa sobre la “renovación” de la licencia, pues no hay licencia que renovar, en tanto la Licencia General nº 41 expiró. Más bien, el escenario planteado es que la OFAC va a emitir una licencia específica, o en todo caso, reformar la licencia ya otorgada, a los fines de permitir a Chevron ir más allá de su rol como accionista minoritario.
  • La licencia que se otorgaría es una licencia específica. En ocasiones se ha aludido a “licencias secretas”, lo que es impreciso: OFAC no emite ninguna autorización que sea “secreta”. Lo que sucede es que las licencias específicas suelen basarse en información confidencial y, por ende, sus condiciones no son públicas. Sin embargo, en ciertos casos es posible acceder a estas licencias y su información relacionada, con base en la Ley de Acceso a la Información.
  • La licencia específica permitiría a Chevron retomar operaciones de producción y comercialización. Estas operaciones no se fundamentan en la Ley Orgánica de Hidrocarburos, sino en la -inconstitucional- Ley Anti bloqueo, que es el soporte de los CPPs. Esta Ley impone deberes estrictos de confidencialidad, todo lo cual afecta sensiblemente la transparencia de las operaciones petroleras amparadas en los CPPs.
  • Según las noticias, las operaciones de Chevron no generarían ingresos para Maduro. Este fue uno de los puntos más críticos de la Licencia General nº 41, que quiso dar a entender que Chevron no realiza pagos al Gobierno, aun cuando en la práctica las empresas mixtas sí pagaron el llamado government take con la producción y comercialización a cargo de Chevron. Con lo cual, de nuevo, el tema de los ingresos petroleros vuelve a ser crítico.
  • Bajo el Derecho venezolano, las empresas mixtas no pueden producir petróleo -a través de Chevron- sin pagar regalías y tributos. Así que no es probable pensar en un escenario en el cual las operaciones de Chevron no generen pagos de regalías y tributos.
  • Una posible alternativa es que esos pagos no se realicen en efectivo sino en especie, por ejemplo, con petróleo. Pero esto implicaría que el régimen de Maduro recibirá ingresos con ocasión a las operaciones que serían autorizadas -todo ello, bajo las condiciones de opacidad de la Ley Antibloqueo.
  • Otra opción, que he comentado antes, es que los montos que deben ser pagados por concepto de government take, sean depositados en un fideicomiso o cuenta de garantía. Esta solución permitiría financiar, de manera transparente, gastos asociados a la atención de la situación humanitaria en Venezuela.

De esa manera, y ante la incertidumbre reinante, hay tres aspectos regulatorios que deben tenerse a la vista:

  1. El tipo de licencia que la OFAC otorgará.
  2. Las condiciones contractuales, asociadas al CPP, bajo las cuales Chevron operaría, en especial, en cuanto a su transparencia.
  3. Cómo se distribuye el pago del government take.
La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.