Generación XXI: Cómo recuperar la confianza ciudadana en la Democracia latinoamericana

La calidad de nuestras democracias será tan alta como la calidad de nuestra ciudadanía. La Generación XXI tiene una tarea histórica: devolverle vida a la democracia

El futuro de la Democracia en América Latina hoy enfrenta una encrucijada: los avances obtenidos en las últimas décadas han sufrido un serio retroceso ante el auge del autoritarismo. Para hacer frente a este desafío necesitamos volver a centrar los asuntos públicos en la ciudadanía, hacer un llamado a nuestra generación, la generación XXI, para que desde una participación más activa en los asuntos públicos ayude a recuperar la confianza en las instituciones democráticas.

¿Por qué está en riesgo la Democracia en América Latina?

Según datos recogidos por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) la región enfrenta una “segunda década perdida”, con un crecimiento económico muy por debajo del promedio global e insuficiente para enfrentar problemas estructurales de vieja data como la pobreza, la desigualdad o la debilidad institucional. 

En este contexto la Democracia en la región enfrenta una grave crisis de confianza. De acuerdo con latinobarómetro apenas un 52% en la región apoyan la Democracia como forma de gobierno, planteando así una interrogante fundamental ¿Cómo volver a vender la Democracia a los latinoamericanos?, pues todo proyecto necesita una estrategía de venta y la Democracia no es la excepción.

Aunque hoy esta interrogante mantiene ocupados a muchos académicos y líderes políticos comprometidos con la Democracia latinoamericana; lo más sensato en este contexto es preguntarnos si realmente los ciudadanos quieren comprar la Democracia. Este cambio de perspectiva, aunque parezca una obviedad, responde a una necesidad estratégica que hemos pasado mucho tiempo por alto: volver a situar al ciudadano en el centro de los asuntos públicos.

¿Por qué el ciudadano debe ser el centro de atención? ¿Cómo encaja la solución en el contexto del dueño del problema? 

Identificar al “dueño del problema” es la primera regla para diseñar cualquier estrategia de venta, esto nos ayuda a definir y moldear la posible solución. En nuestro caso los ciudadanos latinoamericanos quieren soluciones y las mejores se construyen desde la Democracia. El gran problema ha sido la incapacidad de los gobiernos para construir acuerdos que permitan responder de forma eficiente las demandas de la ciudadanía.

Este desencanto ha permitido un auge de liderazgos y gobiernos más autoritarios quienes centralizando el poder han ganado popularidad priorizando reformas a corto plazo especialmente en materia de seguridad que aunque eficaces han deteriorado los contrapesos democráticos y sus garantías del debido proceso, trayendo como consecuencia la vulneración de derechos civiles, humanos y políticos en reiteradas oportunidades.

El autoritarismo es un riesgo colectivo para América Latina, la falta de cooperación entre gobiernos de este corte, normalmente marcados por ideologías contrarias entre sí han dificultado la atención a problemas compartidos como es el caso del crimen organizado, la crisis migratoria y el desarrollo económico. 

¿Cuál es la tarea de la Generación XXI?

La Democracia requiere compromiso, es un esfuerzo colectivo, no una tarea que pueda ser delegada a una tarde de elecciones cada cuatro años. El ejercicio de la ciudadanía no debe limitarse al consumo pasivo de decisiones sino a una participación activa en la construcción de las mismas. Cada persona tiene un propósito y no por menos, cada generación tiene un deber, esa es la tarea de nuestra generación, ganarle el pulso al autoritarismo y recuperar la confianza en la Democracia latinoamericana. 

Cuando la responsabilidad es de todos, la culpa suele ser de nadie por lo que hoy es justo preguntarse ¿De quién es la responsabilidad de los asuntos públicos? ¿Del presidente? ¿el liderazgo político? ¿todos como ciudadanos?

Esta interrogante es clave para nuestra generación XXI, es una pregunta ordenadora y que al buscarla responder con total honestidad nos permitirá entender el papel de cada uno en la tarea de recuperar la Democracia latinoamericana, asignar roles y responsabilidades en la respuesta de las demandas colectivas.

La calidad de nuestras Democracias es equivalente a la calidad de nuestros ciudadanos, en consecuencia si queremos mejorar la salud de estas debemos acercarlos al centro de la discusión pública. Y aunque parece una propuesta simple y hasta bastante obvia no deja de ser compleja al momento de acercarla a la cotidianidad de nuestra vida pública, en especial a la hora de repartir responsabilidades.

Este proyecto es un llamado a la acción, una propuesta que nos permita como ciudadanos elevar nuestra voz y ser partícipes en la construcción de un mejor futuro para la región. Generación XXI busca ser un espacio que muestre cómo los ciudadanos están ayudando a cambiar el mundo y como su inclusión en los asuntos públicos puede mejorar la salud de nuestras Democracias, no solo a través de propuestas más innovadoras, sino una fiscalización más activa en las decisiones de los funcionarios públicos.

La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.