¡Justicia! Cristina Fernández de Kirchner, condenada

La Corte Suprema de la Nación confirmó la condena contra Cristina Fernández de Kirchner: Seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.

En un fallo histórico y por unanimidad, la Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó la condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos contra la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner por corrupción en la conocida Causa Vialidad. Este veredicto —adoptado por los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti— sella judicialmente uno de los casos más emblemáticos de cleptocracia en la historia democrática argentina. La causa investiga el direccionamiento y desvío de fondos públicos a favor del empresario y testaferro Lázaro Báez, estrechamente ligado a la familia Kirchner.

Una causa de más de una década: de la denuncia al fallo final

El caso que hoy alcanza su punto culminante se remonta a 2008, cuando Elisa Carrió, entonces diputada nacional, denunció maniobras irregulares en la adjudicación de contratos de obra pública en Santa Cruz. En 2013, el periodista Jorge Lanata emitió su célebre programa «La ruta del dinero K», que detonó la atención pública y evidenció una trama obscena de corrupción estatal.

La causa formalmente comenzó en 2016, con la intervención del juez Julián Ercolini y la investigación del fiscal Gerardo Pollicita, pero cobró fuerza definitiva cuando, en 2019, el fiscal Diego Luciani y el juez Rodrigo Giménez Uriburu en el Tribunal Oral Federal Nº 2 (TOF 2) asumieron el juicio oral que sentó a Cristina en el banquillo junto a otros ocho acusados.

Tras una larga serie de apelaciones y revisiones judiciales, la condena fue ratificada por la Cámara de Casación Penal en 2023, y ahora, dos años después, la Corte Suprema cerró cualquier posibilidad de revisión al rechazar el recurso de queja de la defensa con un “280 fundado”, mecanismo que desestima un caso por no revestir gravedad institucional, aunque esta vez se acompañó con fundamentos dado su peso político.

Por su edad (más de 70 años), se espera que la ex presidenta cumpla su condena bajo arresto domiciliario.

El recorrido judicial: pruebas, pericias y condenas

La causa atravesó cuatro instancias judiciales:

Instrucción: Juez Julián Ercolini y fiscal Pollicita.

Juicio Oral: Tribunal Oral Federal Nº 2, que en diciembre de 2022 la condenó.

Cámara de Casación Penal: que ratificó la sentencia.

Corte Suprema de Justicia: que ahora ha dejado la condena firme.

El monto del fraude asciende a 46.000 millones de pesos de la época, lo que equivale aproximadamente a 1.000 millones de dólares, según los peritajes. El fiscal Diego Luciani, en su recordado alegato, calificó el sistema montado como una «cleptocracia pornográfica».

Cristina fue condenada por administración fraudulenta agravada. Otros condenados fueron Lázaro Báez, Julio De Vido, José López y Nelson Periotti, todos con penas de entre 4 y 6 años. Báez, por su parte, acumuló 415.000 hectáreas de tierras durante los gobiernos kirchneristas, el equivalente a 20 veces la superficie de la Ciudad de Buenos Aires, convirtiéndose en uno de los mayores terratenientes del país.

El final de una era

La decisión deja a Cristina fuera del juego electoral. Ya no podrá ser candidata a ningún cargo, incluyendo la banca provincial que aspiraba disputar. Con ella también se cierra un ciclo de 16 años (de los últimos 22) de hegemonía política kirchnerista, que comenzó en 2003 con Néstor Kirchner. Asumieron con un país roto tras la caída de De la Rúa y el «que se vayan todos», y tuvieron condiciones excepcionales: superávit, altos precios de commodities, apoyo internacional y poder legislativo casi pleno. En lugar de refundar la República, la usaron para enriquecerse.

El caso Báez es paradigmático de un modelo de poder basado en la simulación de justicia social mientras se ejecutaba el mayor esquema de saqueo estatal desde el retorno de la democracia. Se trató de una estructura cleptocrática, al decir de Diego Luciani, que no sólo robó dinero, sino futuro.

Según encuestas de 2022 (Giacobbe y Asociados), el 70% de la población deseaba ver a Cristina tras las rejas, reflejando el hartazgo social ante la corrupción.

El peronismo, profundamente dividido, deberá ahora definirse entre renovar su liderazgo o persistir en la defensa de una figura condenada. Axel Kicillof, sucesor natural, mantiene una relación ambigua con su mentora. Mientras tanto, el gobierno de Javier Milei deberá reconfigurar su estrategia: con Cristina inhabilitada, su «otro» electoral ha desaparecido.

El mito de la persecución y el rol del Grupo de Puebla

El kirchnerismo, que aún retiene un 20% del electorado, intentará posicionar este fallo como una nueva «proscripción» judicial, con tintes de lawfare, en alianza con figuras del nauseabundo Grupo de Puebla. Compararán este 10 de junio con aquel 17 de octubre de 1945 con Juan Domingo Perón, pero hoy no hay obreros marchando por justicia social: hay militantes de un partido que desfalcó la nación y cuya líder, venido a menos, tendrá que enfrentar la justicia de un sistema democrático al que, durante sus gobiernos, golpeó constantemente.

La reconfiguración del peronismo y la oportunidad de Milei

Ahora viene otra etapa en Argentina, una que ya comenzó cuando el 10 de diciembre de 2023, a 40 años de la recuperación de la democracia, asumió Javier Milei como presidente del país, un economista que hablaba contra la casta, contra aquellos que, como Cristina y Néstor, llevaron al país a tiempos oscuros que hoy, cuando la justicia ha actuado, ve claridad y luz. Porque lo que ahora está ocurriendo en Argentina es la demostración de que, cuando hay separación de poderes, nadie es intocable, que robar no es gratis. Que no existe ni debe existir impunidad.

Ahora veremos al peronismo, que está atomizado, decidir si seguir detrás de quien llevó al Partido Justicialista a sus mínimos históricos, o separarse de Cristina, tal y como ya comenzó a hacer, desde hace tiempo, su «hijo» político, Axel Kicillof. Todo ello mientras el gobierno de Milei, experto en aprovechar la polarización, tendrá que rehacer su estrategia comunicacional, pues Cristina seguirá allí, desde la casa de su hija, presa, tuiteando y hablando, pero ya no podrá competir en elecciones y, poco a poco, estará condenada al olvido.

Justicia, no proscripción

Quienes hoy denuncian «persecución» y «proscripción» eligen olvidar que Cristina Fernández de Kirchner fue juzgada con todas las garantías procesales: en cuatro instancias independientes, con pericias, testigos y pleno derecho a defensa.

Cierro este texto recordando al gran Jorge Ernesto Lanata, quien comenzó estas denuncias cuando hacerlo significaba un peligro. Porque el periodismo —el de verdad— no se arrodilla ante el poder: lo enfrenta, lo interpela, lo desnuda.

Y también quiero recordar al fiscal Alberto Nisman, asesinado en 2015, cuya causa por el Memorándum con Irán sigue en curso, como tantas otras que aún deberá enfrentar la señora Kirchner.

Y ahora sí, para finalizar, la frase del fiscal Luciani: «Es corrupción o es justicia».

Y hoy, al menos, fue justicia.

La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.