
El “diputado” opositor Cusanno se compromete a no hacer oposición
El empresario devenido político pide el voto para que se escuchen todas las voces, aunque ciertas condiciones aplican: nada de radicales. Pese al fraude del 28 de julio, cree que el CNE puede recuperar la confianza de la gente. De recibir a Juan Guaidó en Fedecámaras pasó luego a dirigir el acercamiento del gremio empresarial con Miraflores. Ahora, con su candidatura en un circuito “papaya” tiene asegurado su curul en la Asamblea Nacional.
Hace siete años, los más destacados dirigentes políticos y de la sociedad civil participaban en el lanzamiento del Frente Amplio. En representación de Fedecámaras, un joven Ricardo Cusanno tomó la palabra.
Visiblemente emocionado, al final de su discurso a Cusanno se le quebró la voz y espetó: “No queremos más revolución, pero no queremos restauración”. Tras los aplausos de rigor, un veterano político que había acusado el golpe despidió su veneno a sottovoce: “Tiene razón, no queremos restauración, para que no regresen los tiempos en que Fedecámaras nombraba a ministros y directores del Banco Central”.
El tiempo pasa y ahora el empresario ha decidido incursionar de lleno en la política. Cosas del destino, el expresidente de la patronal es el candidato de la alianza UNT-Única (Rosales-Capriles) en el circuito 3 de Caracas, la misma circunscripción que la oposición conquistó en 2015 teniendo como candidato a Henry Ramos Allup. ¿Restauración?
El circuito 3 de Caracas -conformado por las parroquias San Bernardino, San Pedro, El Recreo, La Candelaria y San José- es el “circuito papaya” de la capital, de acuerdo con los viejos estándares electorales del país. Es decir, se trata de una circunscripción de clara mayoría opositora, un puesto “salidor” que garantiza una curul a la disidencia. Precisamente por eso allí la extinta Mesa de la Unidad Democrática (MUD) inscribió al secretario general de Acción Democrática, consciente de que su elección sería un tiro al piso.
Hoy la llave Rosales-Capriles entrega ese bastión al empresario. Visto lo ocurrido el 28 de julio, sería toda una osadía dar por hecho el triunfo del promotor del Foro Cívico en los comicios parlamentarios. Sin embargo, salvo sorpresa mayúscula, podría decirse que Cusanno ya tiene una silla con su nombre en la futura Asamblea Nacional.
Ni con el pétalo
El empresario ha entendido muy bien cuál es la fórmula ganadora. Más que soliviantar a los votantes, se trata de no molestar a quienes cuentan los votos. “Vengo a pedir tu voto para que se escuchen todas las voces en la AN, para llevar propuestas que solucionen nuestros problemas económicos, para trabajar en el diálogo y el entendimiento”, se presenta el aspirante en un video publicado en sus redes sociales.
En una entrevista televisiva destacó que la elección del 25 de mayo “es una oportunidad para las instituciones electorales para recuperar confianza en la población”. Titánico desafío para el presidente del Consejo Nacional Electoral, Elvis Amoroso, máximo responsable del fraude electoral perpetrado el 28 de julio de 2024.
En un medio de propaganda del gobierno, del que Cusanno es asiduo invitado, comentó: “Esto no es si el gobierno lo ha hecho bien o mal (…) a la gente no le importa de quién es la culpa, la gente quiere soluciones”. Y después, en otra conversación en ese mismo medio de propaganda oficialista, controlado por los mismos que encabezaron la campaña por la liberación de Alex Saab, al preguntarle sobre lo ocurrido en la embajada de Argentina, el vocero del Foro Cívico respondió: “Para mí fue una negociación”.
Buen amigo
El giro dado por Cusanno ha sido ampliamente discutido. Lejos quedaron aquellos tiempos de su discurso encendido en eventos de la oposición y su entusiasta apoyo al gobierno interino. Todavía como primer vicepresidente de Fedecámaras, en 2019, hizo parte de la directiva que recibió a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela. En esa época, Cusanno todavía hablaba de las “trabas”, la “persecución” y el “cerco legal” que imponía Maduro al empresariado criollo.
Ya como presidente de Fedecámaras para el período 2019-2021, protagonizó el acercamiento del gremio empresarial hacia Miraflores, hasta el extremo de obstaculizar el ascenso a la presidencia de la patronal de Adán Celis en 2023 por temor a que adoptara posiciones radicales ante el poder.
El empresario genera recelos en sectores de la oposición, pero ha sabido ganarse la confianza del gobierno, en especial, de figuras como Delcy Rodríguez. Gracias a los puentes que ha tendido con Miraflores, fue designado en 2023 por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) presidente de la junta de reestructuración de la Cruz Roja de Venezuela. En esa instancia compartió con su par Alberto Vollmer.
Como buen candidato, Cusanno difunde en sus redes sus recorridos por Caracas. Dice que sale a la calle para escuchar a la gente. ¿Qué le susurrarán al oído los electores más antichavistas de toda Caracas? Ellos votaron por una “solución” el 28 de julio.
“¡Venezuela no se rinde!”, exclamó en el acto del Frente Amplio. “Aquí nadie se rinde”, es el eslogan que le sirve a su campaña. Sin duda, le ha rendido. Así se prepara el próximo legislador caraqueño para ingresar al hemiciclo de sesiones. Enemigo de la restauración. Y amigo de la revolución.