
«Pecadores: La música te va a proteger del mal»
Michael B. Jordan interpreta a dos hermanos gemelos que vuelven al sur de EE.UU. a abrir un club de música. El sueño de su vida. Todo va bien… hasta que llegan los vampiros.
Ryan Coogler estrenó su primer largometraje, “Fruitvale Station”, en el 2013. Protagonizada por Michael B. Jordan, la película trata acerca de Oscar, un hombre que se encuentra con diferentes personas en la mañana de Año Nuevo del 2009. La película obtuvo muchas alabanzas de las críticas, solidificando el estatus de Ryan Coogler como uno de los cineastas más talentosos, capaces de generar mayor emoción, de la generación actual.
Desde entonces, Coogler ha dirigido cuatro películas más. En el 2015 estrenó “Creed”, protagonizada por Michael B. Jordan, la cual resultó ser una excelente entrada a la franquicia de Rocky, que se asemeja más a películas como “Rocky” y “Rocky II”, y no se parece a las películas cursis y cliché como “Rocky IV” y “Rocky V”.
En el 2018, “Black Panther”, una película en el Universo Cinemático de Marvel (tradicionalmente conocido como el “MCU”), se transformó en una de las películas más populares de todos los tiempos. En el 2022, Coogler estrenó “Wakanda Forever”, la secuela de “Black Panther”, que, a pesar de ser más estructuralmente extraña y quizás demasiado ambiciosa, igualmente contiene en sí secuencias que nos recuerdan el talento del director de generar imágenes increíbles y secuencias para las que el adjetivo “memorable” se queda corto.
A mí me gustan “Creed” y ambas entradas de “Black Panther”, pero algo que tienen todas en común es que no son películas originales. Todas son de franquicias ya existentes, y, a pesar de ser buenas películas, hemos tenido que esperar hasta el 2025 para poder conseguir la primera película completamente original de Ryan Coogler desde Fruitvale Station. Después de una larga espera, podemos ver Sinners.
En este artículo voy a discutir detalles generales acerca de la premisa de Sinners. No son spoilers muy profundos o extremos, pero si prefieres ver la película sin nada de contexto, este es el momento de huir.
Sinners es una película protagonizada por Miles Caton, quien encarna el rol de Sammie Moore. Sammie es un músico, y Sinners es, en gran parte, una película acerca de la música. Le damos inicio al filme con una voz en off que explica que en muchas culturas, los músicos son capaces de conectarse con espíritus y criaturas del “más allá”. Por ende, Sammie trata de no tocar mucho, aunque le tiene un amor a los blues muy profundo.
No es por nada que la película toma lugar en Mississippi en 1932, un espacio que es muy importante para la temática musical y racial con la que Sinners lidia.
Michael B. Jordan también protagoniza esta película, actuando como Smoke y Stack, hermanos gemelos que, luego de pasar años trabajando en Chicago, vuelven al Delta de Mississippi para abrir el club con el que siempre han soñado. Vemos cómo Smoke y Stack reclutan la ayuda de su primo Sammie y hacen todos los preparativos: contratan cocineros, músicos, invitan a las personas. Y en la noche de la inauguración del club, todo parece que está yendo excelente. Y luego llegan los vampiros.
En efecto, a pesar de que la película no te lo hace saber sino cuando llevas 40 minutos viéndola, Sinners es una película de vampiros. Esto no es algo que el marketing y los trailers de la película han escondido, y la verdad es que no cambia profundamente la experiencia saber esto por adelantado, pero cabe denotar porque, antes de que la película adopte este giro, es un perfecto drama acerca del sueño de estos hermanos gemelos que quieren abrir un local, y los obstáculos que se encuentran en su camino.
En efecto, el resto de la película se centra en la defensa del club de los vampiros, quienes quieren transformar a todos los que se encuentran atendiendo el evento en uno de ellos.
En la tradición de Coogler, experto en manejar y combinar “género” con comentario social, la vampirización en esta película representa la asimilación social que las personas de color tenían que encarar para poder encajar en la sociedad americana. La película se enfoca en la experiencia negra, pero también tenemos a personajes chinos, e incluso explora las formas en las que la raza ha sido subjetiva en el transcurso de los años.
El personaje de Hailee Steinfeld, Mary, es una mujer que, a nuestra visión moderna, es evidentemente blanca. Sin embargo, en la película, debido a que Mary tiene un abuelo negro, ella es considerada negra por la sociedad. Esto es algo que sucedió en la vida real, conocida como la “regla de una gota”, que decía que si tenías solamente “una sola gota de sangre negra”, eras una persona negra. Es un recordatorio poderoso acerca de la subjetividad de nuestras ideas raciales, que nosotros quizás damos por sentado pero, al final del día, son construcciones sociales más que realidades biológicas objetivas.
Es errado hablar de la música y la raza como temas completamente separados con los que lidia Sinners. Coogler utiliza ambas avenidas para hablar de los mismos conceptos de cultura, de lo que compartimos con las personas que nos rodean, de cómo nos trata la sociedad por nuestro origen, y de cómo conseguimos formas de sobrellevar estas circunstancias con la expresión artística.
Sinners es una película con una gran cantidad de música, pero hay dos secuencias en particular que son excelentes. Estas escenas musicales cumplen propósitos diferentes: sin dar demasiados detalles, la primera escena de la que hablo no es tan siniestra, y la segunda cumple un objetivo más orientado al terror. Lo que diré acerca de estas secuencias es que son evidencia clara y concreta de que Ryan Coogler es uno de los cineastas modernos más emocionantes trabajando en el espacio del blockbuster, y que cualquier película que dirige valdrá la pena verla.
Decir que Sinners es una buena película, de nuevo, es una descripción que se queda corta. Sin ánimos de exagerar, Sinners muy probablemente se mantenga como una de las mejores películas del año. Sin duda habrá discusiones de nominaciones al Oscar al fin del año, y es muy posible que se transforme en otra película de género que traspase la barrera del terror que la Academia establece, y gane algo en los Oscars del 2026.
Pero todo esto es secundario, y la verdad, no es tan consecuente. Lo más relevante es que Coogler no ha parado de crear arte increíble, y me emociona pensar en qué nos depara su futuro como artista. Según lo que han reportado los medios, su siguiente proyecto será una nueva versión de la serie de ciencia ficción de Los Expedientes X.
No tengo duda de que esta serie será buena, pero hay una parte de mí que ve el regreso de Coogler al trabajo de franquicia de forma agridulce. Solamente espero que, luego de esta nueva versión de la serie clásica, podamos presenciar una nueva película completamente original del director. Esperemos que esta vez, la espera no sea de doce años.