
Autoridades de Estados Unidos engañan a migrantes en operativos rumbo a El Salvador
Testimonios revelan desinformación, cambios de destino y presiones para firmar documentos.
Una serie de declaraciones juradas presentadas ante tribunales revelan escenas de confusión, miedo y presunta desinformación durante intentos de deportación efectuados por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) bajo la administración Trump en marzo de 2025. Estas declaraciones detallan situaciones en las que supuestamente se informó a migrantes que serían deportados, fueron trasladados sin explicación y recibieron información contradictoria sobre sus destinos.
Varias denuncias se centran en migrantes detenidos en el Centro de Detención El Valle, en Raymondville, Texas. Los nombres de los migrantes están protegidos por acrónimos por privacidad. G.F.F. afirma que el 14 de marzo de 2025, guardias le informaron que todas sus pertenencias serían confiscadas y que sería trasladado a otro lugar. Posteriormente, su abogado le comunicó que el avión que lo transportaría presentó fallas y que sería llevado en otro vuelo la noche del 14 o la mañana del 15 de marzo.
Grace Carney, abogada del migrante identificado como G.F.F., relata que el 14 de marzo a las 2:30 AM su cliente fue despertado abruptamente e informado que sería deportado a México o Venezuela, y que si llegaba a México sería dejado «en la calle». Según reportes, su vuelo se canceló posteriormente debido a un incendio. Carney señala que hasta las 5:00 PM (hora del este) del mismo día, no había recibido información sobre el paradero de su cliente ni si asistiría a su audiencia programada.
Por su parte, Karyn Ann Shealy, abogada de J.L.G.O., explica que su cliente fue despertado el 14 de marzo y trasladado junto a unos 100 venezolanos a una gran instalación, preparándose para un vuelo. Un oficial de ICE luego les informó que el vuelo se canceló por problemas técnicos y que serían deportados en la noche del 14, 15 o 16 de marzo. Anteriormente, J.L.G.O. había firmado documentos en inglés reconociendo un traslado, sin comprender el idioma y sin recibir traducción.
Molly Lauterback, abogada de otro venezolano detenido, describe dificultades para comunicarse con su cliente luego de ser trasladado a El Valle. Pese a tener una audiencia programada para el 12 de marzo, su cliente no se presentó. El 14 de marzo, personal de El Valle le indicó que su cliente ya no estaba allí, sin revelar su ubicación. Más tarde, el propio detenido la contactó, informando que ICE le comunicó que sería trasladado para abordar un vuelo, aunque finalmente regresó a El Valle. Lauterback denuncia que ICE indicó una posible deportación para el 15 o 16 de marzo, señalando además que etiquetaron a su cliente como «asociado de la banda Tren de Aragua» sin presentar evidencia, pese a que su solicitud de asilo se basa precisamente en amenazas recibidas de dicho grupo criminal.
J.A.V. otro venezolano, declaró que fue informado de un vuelo programado para el 14 de marzo, pero regresó a detención con instrucciones de que volaría el 15 o 16. El migrante expresó temor por su deportación a Venezuela y por la interrupción de su tratamiento médico.
La declaración de S.Z.F.R., una mujer venezolana, describe un intento más directo de deportación. Trasladada desde El Paso hasta Laredo, se le informó el 13 de marzo que sería deportada a Venezuela, pero el vuelo fue cancelado por fallas técnicas. El 15 de marzo abordó un avión con otras venezolanas y más de 50 hombres. Según su testimonio, funcionarios estadounidenses mencionaron una orden de no despegar, pero el avión ya estaba en vuelo. Les anunciaron destino a Venezuela, pero aterrizaron en El Salvador, donde presuntamente funcionarios estadounidenses presionaron a los hombres para firmar documentos admitiendo pertenencia al Tren de Aragua. Finalmente, las mujeres fueron informadas de que el presidente salvadoreño rechazaba su ingreso, siendo retornadas a EE.UU. Esta declaración contradice uno de los argumentos que esgrime la administración Trump en el juicio, sobre la imposibilidad de retornar los vuelos de deportación que ya habían despegado contra la orden del juez Boasberg.
Otra detenida, identificada como E.E.P.B., originaria de Nicaragua, relata una experiencia similar: informada de su deportación inminente el 14 y 15 de marzo desde El Valle, abordó un vuelo junto a migrantes venezolanos y salvadoreños que aterrizó en El Salvador. Allí, autoridades salvadoreñas se negaron a aceptar detenidos de otros países centroamericanos y a las mujeres, siendo devuelta al sur de Texas.
Estas declaraciones apuntan a un patrón de presunta desinformación y cambios abruptos de planes por parte de ICE durante estos operativos. Migrantes describen anuncios de deportación seguidos de cancelaciones repentinas o cambios en los destinos previstos. La falta de transparencia y supuestos engaños generaron angustia considerable y afectaron la capacidad de estos individuos para comunicarse con sus abogados y preparar sus procesos migratorios.
Las denuncias de presiones para firmar documentos incriminatorios en el vuelo a El Salvador refuerzan la gravedad y potencial coerción de estos intentos frustrados de deportación, generando serios cuestionamientos sobre el proceder de ICE durante procesos legales tan sensibles.