
El chavismo sin Chávez: 12 años de crisis, purgas y mutación a un modelo autoritario en Venezuela
El oficialismo anunció hace 12 años la muerte del presidente Hugo Chávez Frías tras padecer cáncer y tratarse en Cuba durante meses. El modelo político que fundó “colapsó” entre crisis y purgas, y se encuentra en plena mutación, según expertos.
Nicolás Maduro, entonces vicepresidente del gobierno venezolano, tomó la palabra la tarde del 5 de marzo de 2013 en un mensaje transmitido en cadena de radio y televisión. Lloroso, apoyando ambos brazos sobre un púlpito y rodeado de colaboradores y jefes militares, reveló la noticia: “ha fallecido el comandante y presidente Hugo Chávez Frías”.
Chávez, un teniente coronel que intentó fallidamente un golpe de Estado en 1992, pero que luego ganó la presidencia en elecciones y gobernó Venezuela durante 13 años, había muerto a las 4 y 25 de la tarde de aquel día en el Hospital Militar de Caracas, según la versión comunicada por Maduro. Comenzaba una nueva etapa política para el país.
Chávez, de 58 años, había encargado antes de su muerte a Maduro como vicepresidente del país y como su heredero del proyecto político que fundó, en caso de que perdiera la vida al operarse de un cáncer cuyos detalles escasearon de manera oficial. Buena parte de sus tratamientos y recuperación fueron en Cuba, informó su equipo de gobierno.
Maduro asumió como presidente encargado de Venezuela inmediatamente después de la muerte de Chávez y fue el candidato del chavismo en las fugaces elecciones que se celebraron, las cuales ganó por una mínima ventaja de poco más de 200.000 votos.
El resultado de aquellos comicios generó “severas dudas” y marcó la primera de las muchas crisis vividas por el gobierno de Maduro en sus 12 años en el poder, de acuerdo con el sociólogo y doctor en procesos políticos contemporáneos Juan Manuel Trak.
De entrada, ya en la primera elección de Maduro “no se cumplieron los tiempos ni las formas” y “hubo una campaña con ventajismo muy grande” del chavismo, valora.
“Si bien Maduro pudiera tener los números de votos más que Capriles, las condiciones no fueron equitativas. En condiciones normales, probablemente hubiera perdido el poder” ante una oposición que lanzó como candidato a Henrique Capriles Radonski, que había sido derrotado por Chávez en la elección presidencial de 2012, apunta Trak.
El chavismo post Chávez comenzó a derivar en “un deterioro institucional grave” que también incluyó el despojo de las competencias de la Asamblea Nacional, ganada por la oposición en 2015, de acuerdo con Trak, también profesor universitario.
Otros episodios incluyeron protestas masivas contra el gobierno de Maduro en 2013, 2014 y 2019, que fueron reprimidas por las fuerzas de seguridad del Estado y cuyos enfrentamientos causaron cientos de muertos y heridos.
La fiscalía de la Corte Penal Internacional evalúa ese accionar por parte de las fuerzas políticas y de seguridad del Estado venezolano bajo la sospecha de que se han cometido crímenes de lesa humanidad contra la población, específicamente contra opositores. Según una misión investigadora de la ONU, durante la gestión de Maduro sí hubo tales delitos.
El conflicto entre poderes resultó en una “excusa para desmontar la institucionalidad democrática que hasta ese momento se mantenía muy precariamente”, explica Trak.
Desde entonces, la trayectoria del chavismo sin Chávez ha incluido la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, dos elecciones presidenciales ganadas por Maduro pero desconocidas por gobiernos democráticos de América y mundo, la irrupción de un gobierno interino opositor y fallidas negociaciones con facilitación internacional.
Con Maduro aún en el poder, Venezuela ha derivado en “un modelo autocrático”, donde las elecciones “ya no son mecanismos para que la gente decida” transparente y efectivamente quién accede al poder ejecutivo, concluye Trak.
El politólogo y educador Víctor Maldonado considera que el proyecto chavista ha mostrado durante un cuarto de siglo los efectos de un “populismo autoritario” y del “desgaste de la figura del hombre fuerte”, en un marco de “espiral autoritaria”.
“Siguen en el poder, aposentados en un régimen que no es democrático y que no se contiene en el estado de derecho. Por eso mismo, dispone del uso irreflexivo de la fuerza, que usa contra los disidentes”, comenta en conversación con la Voz de América.
Otra consecuencia del proyecto heredado por Maduro ha sido “la devastación del país”, de acuerdo con el analista político.
“Cualquier indicador social o económico dan cuenta del hundimiento”, dice, recordando “los excesos de regulaciones” de parte del Estado gobernado por el chavismo y con una sociedad que, a su juicio, “se bambolea entre la informalidad y la miseria”.
El salario mínimo mensual actual en Venezuela, de 130 bolívares o poco más de 2 dólares, es el más bajo de América y uno de los más bajos del mundo. El gobierno de Maduro también ha experimentado uno de los ciclos de hiperinflación más prolongados de la historia -más de 4 años- y la insólita caída del producto interno bruto durante 8 años.
La precariedad que menciona Maldonado ha incentivado a su vez la mayor ola migratoria de América Latina y una de las más masivas del mundo, con más de 7,8 millones de emigrantes, la mayoría de ellos movilizados durante el gobierno de Maduro.
“Es un país que sufre el desmembramiento de las familias, y para colmo, la frustración acumulada por los efectos contraintuitivos de una dirección política errática y corrupta”, asegura, y advierte que el chavismo no se siente políticamente amenazado.
Maduro acaba de juramentarse para su tercer mandato de gobierno tras unas polémicas elecciones que la oposición dice haber ganado holgadamente con base en las actas de votación y que incluyeron la persecución y arresto de cientos de disidentes.
Edmundo González, candidato de la oposición en la elección de 2024, está en el exilio tratando de sumar apoyos para favorecer una transición y la dirigente opositora María Corina Machado está en la clandestinidad.
“Está claro que los que están al frente del poder no tienen ninguna nueva amenaza con la capacidad de desplazarlos”, apunta Maldonado.
El colapso de un modelo
El chavismo sufrió su primer “colapso” como modelo político con la muerte de su fundador, de acuerdo con Ricardo Ríos, politólogo y presidente de la firma consultora Poder y Estrategia.
“Los pilares del chavismo eran ‘el líder’, ‘el pueblo’ y el ejército” o la fuerza militar, afirma a la VOA. En 2015, con su derrota electoral en las elecciones parlamentarias, el movimiento oficialista también “comienza a perder pueblo y profundiza ese colapso”, destaca.
La crisis interna del chavismo también incluyó el desplazamiento de grupos políticos, como el exilio del exzar petrolero Rafael Ramírez, acusado de corrupción, y el arresto del exjefe de los servicios de inteligencia y exministro del interior Miguel Rodríguez Torres, precisa.
“Asumen el control del chavismo dos figuras, que son Diosdado Cabello -hoy ministro del interior- y Nicolás Maduro, donde toman también fuerza los hermanos Delcy y Jorge Rodríguez”, que lideran la vicepresidencia, la cartera petrolera y el poder legislativo.
El oficialismo “derivó en un movimiento que se sostiene ya no sobre la base del liderazgo y de las mayorías, sino sobre la base de la fuerza, lo cual genera un desafío enorme en cuanto a la estabilidad del poder”, puntualiza Ríos.
El analista dice avizorar una nueva etapa del chavismo que se fundamenta en términos políticos y legales “diferentes” a sus postulados fundacionales. Esa realidad explicaría la propuesta de reforma constitucional que impulsa este año Maduro, concluye.
Trak, por su parte, asegura que el chavismo “ha ido perdiendo capas” y ha adelantado “purgas” hasta culminar en un puñado de figuras que están convencidas de que son “absolutamente dueñas del poder” en el país suramericano.
Estima que la actual cúpula política en Venezuela es “incapaz de tolerar cualquier tipo de debate público de oposición real y de contestación a sus políticas profundamente represivo y rechazado por la sociedad venezolana, en una elección que perdió de calle”.
“Es un gobierno que ha construido para sí un sistema autoritario no competitivo, que quiere demostrar bondades de su modelo, pero que ha reducido al país a un estado de miseria e indefensión como nunca lo habíamos visto”, culminó diciendo.
VOA