Ilustración elaborada por Luis Pacheco en Midjourney

La riña en la Casa Blanca

En Europa, la preocupación es amplia, ven el cambio en la política de Trump como una señal al Kremlin de que está dispuesto a condonar su expansionismo, con los peligros de un conflicto más amplio en el viejo continente.

La relación entre Volodímir Zelenski y Donald Trump nunca ha sido fácil ni cercana. Durante la primera administración de Trump (2017-2021), hubo tensiones notables, particularmente durante el escándalo conocido como “Ucrania-gate” en 2019. Este episodio, que involucró una llamada telefónica entre Trump y Zelenski, donde supuestamente se condicionó la ayuda militar a investigaciones sobre Hunter Biden (hijo de Joe Biden), llevó al primer juicio político de Trump.

Sin embargo, a pesar de esa notoria falta de empatía entre los dos líderes, y los roces recientes entre los dos presidentes, la mayoría del mundo esperaba que el apoyo militar de los EE. UU. continuara para obtener una resolución al conflicto con Rusia; aunque seguramente a la manera transaccional del presidente norteamericano. Se daba por sentado que la importancia para Occidente de mantener a raya las ambiciones territoriales de Rusia, conduciría a que se mantuviera una suerte de relación de conveniencia entre Washington y Kiev.

Todas esas expectativas demostraron estar construidas sobre tierra movediza tras los eventos de la semana en Washington. La reunión en la Casa Blanca, que había sido convocada para firmar un acuerdo de desarrollos económicos entre EE. UU. y Ucrania, desembocó en caos tras una acalorada discusión, entre los presidentes Trump y Zelenski, con participación del vicepresidente, J. D. Vance, en el contexto de una improvisada rueda de prensa en la oficina oval.

El escandaloso desencuentro entre los tres políticos fue transmitido en vivo a todo el mundo por televisión, incluyendo la inusual presencia de la agencia de noticias rusas TASS, generando toda suerte de opiniones y especulaciones.  Tras el encuentro, la delegación ucraniana se reunió con los norteamericanos, pero poco se podía ya salvar o acordar. Zelenski y su comitiva fueron invitados a abandonar la Casa Blanca sin mucho protocolo. Se desconocen las reales razones detrás de tan negativo evento, o si fue un desacuerdo espontáneo o planificado. Una posible explicación es que los requerimientos de seguridad que Zelenski puso sobre la mesa no cuadraban con lo acordado en las primeras reuniones entre EE. UU. y Rusia en Riad. El poco usual desacuerdo público fue la manera que la administración Trump encontró para mostrar su desagrado con la posición de Zelenski, acusándole de no querer la paz.

La infortunada reunión, que debió haber concluido en un acuerdo entre EE. UU. y Ucrania relacionado con la explotación de recursos específicos en ese país, contribuyó a mantener el letargo en precios en el que se encuentra el mercado petrolero. Los actores del petróleo siguen tratando de digerir la vertiginosa ocurrencia de eventos, pero, en su estupor, ni siquiera alcanzaron a reaccionar a la caída de inventarios comerciales de crudo en EE. UU., y a la aparente cancelación de la licencia 41 de Chevron en Venezuela. Los mercados petroleros parecen, por ahora, estar restando importancia a cualquier posible interrupción del suministro a corto plazo.

Geopolítica

La no tan inesperada ruptura de las negociaciones entre EE. UU. y Ucrania es hoy el más importante desarrollo geopolítico. El nuevo tablero, si las partes no deciden reconsiderar, es uno donde Ucrania tratar de sobrevivir con ayuda europea sin los eficaces armamentos y municiones de EE. UU. Este sería un proceso cuesta arriba en el corto plazo, ya que los líderes europeos difícilmente respalden sus declaraciones de apoyo a Ucrania con acciones relevantes en el campo de batalla. En todo caso, el domingo, en una reunión de emergencia en Londres, con la presencia de Zelenski, un amplio grupo de líderes europeos reafirmaron su compromiso con el apoyo presente y futuro a Ucrania y a limitar la amenaza expansionista de Rusia. Zelenski aprovechó la ocasión para expresar su pesar por el evento en la Casa Blanca, tratando de tender puentes.

Todo esto es música para los oídos del Kremlin. “Histórico”, escribió en la red X, Kirill Dmitriev, uno de los negociadores rusos, en las conversaciones mantenidas el 18 de febrero en Arabia Saudita, entre EE. UU. y Rusia. Un poco más al estilo ruso, el número dos del Consejo de Seguridad ruso, Dmitri Medvédev, dijo sobre Zelenski: “Por primera vez, Trump dijo la verdad a la cara del payaso cocainómano», refiriéndose a Zelenski.

Tras su partida de la Casa Blanca, Zelenski escribió un mensaje en la red X que podría interpretarse como conciliatorio, agradeciendo todo lo que EE. UU. ha hecho por Ucrania. Durante la reunión en la Casa Blanca, Oksana Markarova, la embajadora de Ucrania en EE. UU., se tapaba la cara con una mano mientras movía la cabeza en señal de desesperación. Esta imagen se ha convertido en el símbolo en los medios ucranianos de cómo se ha interpretado en ese país lo sucedido este viernes en la Casa Blanca. Había esperanza en que el acuerdo apalabrado el día antes entre los dos países, para la explotación de minerales ucranianos, sirviera para revertir las diferencias anteriores. No obstante, no ocurrió así.

Las cosas para Ucrania están ahora más complicadas. Se especula sobre que podrían inclusive terminar en la renuncia de Zelenski para dar paso a nuevos actores. En Europa, la preocupación es más amplia, ya que ven este cambio en la política de los EE. UU. como una señal al Kremlin de que están dispuestos a condonar su expansionismo, con los peligros de un conflicto más amplio en el viejo continente. En cualquier caso, con Trump nunca es seguro cuando dará la próxima vuelta en U.

Mientras tanto, en el Medio Oriente, la primera fase de seis semanas del alto el fuego en Gaza terminó el sábado. Los 42 días transcurridos desde el 19 de enero han tenido su cuota de incertidumbre, esperanza, dolor y enojo, pero todo lo que debería haber sucedido en ese tiempo, sucedió. Las negociaciones sobre la segunda fase, incluida la liberación de todos los rehenes vivos y la retirada de las tropas israelíes de Gaza, apenas han comenzado. Las conversaciones se iniciaron en El Cairo el viernes, pero la delegación israelí regresó a su país esa misma noche; supuestamente, las negociaciones continuarían a “distancia”. A primera vista, la condición expresada por Hamás para un nuevo acuerdo, que Israel retire sus tropas de Gaza, luce como un obstáculo insalvable.

La situación de Ucrania y el cese de hostilidades en Gaza, no son totalmente independientes, si uno trata de ver el mundo globalmente. EE. UU. busca imponer cambios drásticos en las relaciones geopolíticas y económicas. Sin embargo, los poderes e instituciones internacionales no buscan adaptarse a esos cambios o no quieren hacerlo. Trump trabaja con la suposición de que el fracaso militar y político de Rusia en su invasión a Ucrania es evidencia de que el viejo enemigo no representa una amenaza real para el mundo, como si lo hacía la antigua URSS. Zelenski, por el contrario, totalmente sumergido en la guerra, las sirenas antiaéreas diarias, y la muerte de sus soldados y población civil, ve en Rusia una amenaza perenne que debe ser dominada para que no tome control de su país o invada o haga daño a sus vecinos. Para Ucrania y para los otros países limítrofes, la guerra es una realidad cotidiana, un trauma del pasado difícil de borrar y que tendrá que ser gerenciado por los países europeos. Pero siendo realista, cuando las guerras terminan sin un vencedor indiscutible, unos kilómetros más o menos de territorio no cambian el balance de poderes mundiales.

El nuevo orden mundial, que aparentemente la administración Trump quiere facilitar o quizás hasta imponer basado en su hegemonía económica y militar, es uno donde EE. UU. mantiene un claro liderazgo, pero ya no como policía del mundo, sino medido por su capacidad de generar hegemonía económica. Primordialmente, para sí mismo, pero que por el tamaño de su mercado repercutiría en lo que considera su esfera de influencia. El acercamiento que Trump pretende establecer con Rusia, parece buscar alejarla de China, que está tratando de reinventarse para resolver su problema económico y convertirse en el hegemón de Asia, y el sustituto de los EE. UU. en el hemisferio sur.  La Unión Europea y el Reino Unido se encuentran en una situación muy compleja, buscando un rol fuera de la esfera de la alianza del Atlántico; tendrá que entenderse con la Rusia y Ucrania en el escenario post-invasion, cualquiera que sea el desenlace final.

La presencia de Arabia Saudita en las negociaciones entre EE. UU. y Rusia, como acotamos la semana pasada, no es casual. Pretende dar por sentado que por su poderío energético y posición ponderada en el conflicto con Israel, que el reino del desierto está llamado a ser el líder regional, en clara contraposición a Irán.

En este lado del Atlántico, en la mañana del sábado 1 de marzo de 2025, una nave patrullera venezolana ingresó a aguas de Guyana. Durante esta incursión, la embarcación venezolana se acercó a un buque tanque cerca de una Unidad Flotante de Producción, Almacenamiento y Descarga (FPSO por sus siglas en inglés), el Prosperity. El gobierno guyanés reaccionó de inmediato, identificando a la patrullera como ABV Guaiquerí PO-11 (OMI 4695542), un guardacostas venezolana, y alertó de que tanto el tanquero petrolero como el FPSO operan legalmente dentro de la zona económica exclusiva de Guyana. La patrullera transmitió un mensaje de radio declarando que la FPSO operaba en lo que denominó “aguas internacionales en disputa” antes de continuar su rumbo en dirección suroeste hacia otras FPSO.

La Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del gobierno de EE. UU. reportó la amenaza de buques de guerra venezolanos a la unidad (FPSO) de ExxonMobil, afirmando que el incidente es inaceptable. Además, la oficina advirtió sobre las consecuencias que tendría para el régimen de Nicolás Maduro si vuelve a ocurrir un incidente similar. “Una clara violación del territorio marítimo internacionalmente reconocido de Guyana. Cualquier provocación adicional tendrá consecuencias para el régimen de Maduro. EE. UU. reafirma su apoyo a la integridad territorial de Guyana y al laudo arbitral de 1899”, según la cuenta X de la oficina.

Fundamentos

Fue otra semana en la que los parámetros fundamentales de oferta y demanda del mercado petrolero fueron ignorados o desplazados por los vientos que soplan en la geopolítica, que está más allá de la simple alza o reducción del riesgo geopolítico basado en eventos particulares. El mercado simplemente no ha podido descifrar el resultado final de las múltiples interacciones donde se mezclan protección de fronteras, lucha contra el narcotráfico, terminación de las guerras. A ello se le suma un mar de anuncios de aranceles e impuestos como mecanismo de protección o de competencia que EE. UU., por el tamaño e importancia de su economía, puede darse el lujo de imponer a sus socios y adversarios.

De manera que poco efecto tuvo el hecho de que los inventarios comerciales de crudo en EE. UU. cayeran en 2,3 MMbbls, a pesar de mayores importaciones de crudo. Tampoco afectó a los precios petroleros el anuncio de la eventual cancelación de la licencia 41 de la OFAC y posiblemente de otras licencias similares, que sustentan parte de la producción venezolana. La eventual reanudación de las exportaciones iraquíes de Ceyhan con crudo kurdo no representa un cambio material de crudo colocado en el mercado, más bien un cambio de destino.

EE. UU. continúa produciendo a niveles alrededor de los 13,2 MMBPD de crudo. La OPEP+ continúa en 40,6 MMBPD y por ahora manteniendo su plan de apertura de petróleo cerrado a partir de abril de 2025. Los incrementos pronosticados para principios de año 2025 no se han materializado ni en Canadá ni en Brasil.

En resumen, los fundamentos del merado no han registrado cambios materiales en los últimos dos meses. El mercado está teniendo dificultades para evaluar el impacto de todos los anuncios de la administración Trump relacionados con la energía. El jueves, el presidente norteamericano volvió a mencionar que aranceles del 25 % sobre los productos mexicanos y canadienses entrarán en vigor el 4 de marzo, junto con un arancel adicional del 10 % sobre las importaciones chinas.

Los participantes en el mercado petrolero y financiero están reduciendo su exposición a riesgos en medio de la creciente volatilidad provocada por la intensificación de la guerra arancelaria, sobre todo contra China. Esto aumentó significativamente las preocupaciones sobre la demanda global de crudo por desaceleración del crecimiento global y el repunte de la inflación que se creía controlada.

En una nota menor, pero muy interesante, la multinacional británica, BP, anunció un cambio estructural de su estrategia. La petrolera, que en los últimos años había hecho una gran apuesta a convertirse en una compañía de energía alternativa, ahora redirige su foco de vuelta a los combustibles fósiles, tratando de competir con sus pares que le han tomado la delantera en su valor de mercado, y en sintonía con el cambio en las política climáticas alreddor del mundo.

Comportamientos de los precios

Otra semana atípica con la actividad geopolítica dictando las pautas a los mercados, incluyendo el de petróleo. El petróleo solo trató de mantenerse a flote en los eventos que lo arrastraban, con una percepción claramente negativa alrededor de la potencial caída de la demanda, que ocasionó otra pérdida semanal de aproximadamente el 2 %.

Así las cosas, al cierre de los mercados, el viernes 28 de febrero de 2025, los crudos marcadores Brent y WTI, se cotizaban en $72,81/bbl y $69,76/bbl, respectivamente; en el caso del WTI rompiendo el piso teórico de los 70 $/BBL.

Venezuela: la licencia, corte o negociación

Un mensaje del presidente Trump, vía su red social,  finalmente rompió el celofán el 26 de febrero, anunciando que había decidido cancelar las “concesiones petroleras” que Biden había otorgado al régimen de Maduro por vía de las licencias firmadas desde el 26 de noviembre del 2022. La noticia corrió como pólvora y ha sido interpretada en un sinfín de formas. La realidad es que hasta que no se publiquen los detalles de la cancelación y su esquema de “wind down”, todas las interpretaciones corresponden a elucubraciones más o menos educadas – al cierre de esta columna no tenemos información cierta.

Lo que sí debemos entender es que una cancelación de licencias, efectiva cuando se publique por la OFAC, con un periodo de desmontaje de cero a seis meses, colapsaría los ingresos de divisas en un monto de al menos el 50 % a partir de septiembre de 2025. Esto afectaría la ya precaria escasez de divisas para la economía y seguramente desembocaría en una aguda devaluación del signo monetario nacional y niveles de inflación en los tres dígitos, y sin tope.

Sin embargo, se desconoce si la intención de la administración de EE. UU. es el de dar por terminado estas licencias para dar inicio para algún nuevo acuerdo petrolero o político que encuadra dentro del nuevo orden internacional conceptualizado por Trump. Una escueta publicación, a última hora, de la OFAC, da para cualquier interpretación y habrá que esperar los textos detallados. Es interesante anotar, de que, a pesar de una nota emitida por la vicepresidenta Delcy Rodríguez, rechazando la cancelación de las licencias, el régimen ha sido muy prudente en el manejo político del tema para dejarse opciones de negociación.

Independientemente de lo que suceda con las licencias, la economía continúa en una bajada sin frenos. La devaluación e inflación siguen fuera de control, a pesar de los intentos del régimen con importantes inyecciones de divisas al mercado y haciendo manipulaciones para generar liquidez con el objeto de facilitar la recaudación de los impuestos en este mes que comienza.

En el aspecto político interno, el régimen ha logrado introducir divisiones en la unidad opositora formada para buscar el cambio y hacer valer los resultados del 28 de julio. Las acciones, por ejemplo, de Henrique Capriles y Tomás Guanipa abocando por la  participación en las elecciones de mayo, han generado una división de facto en el partido Primero Justicia, pero se estima que esto no tenga un efecto importante sobre la unidad general de la oposición alrededor de María Corina Machado Y Edmundo González.

Operaciones Petroleras

Las actividades petroleras poco tuvieron que ver con las discusiones sobre el futuro de las licencias de la OFAC. Ninguno de los licenciados ha iniciado actividad o inversión incremental desde que Trump se posesionó como presidente. El informe operacional ya suena repetitivo en lo que se refiere a la escasez de gas y sus líquidos para el mercado interno: petroquímico y doméstico. Se continúa importando nafta y diluente.

La producción de crudo durante la última semana promedió 866 Mbpd, distribuida geográficamente como sigue:

  • Occidente                          216 (Chevron 100)
  • Oriente                               128
  • Faja del Orinoco              522 (Chevron 119)
  • TOTAL                                  866 (Chevron 219)

El mes cerró con una exportación de 653 Mbpd. Las segregaciones exportadas fueron: 99 Mbpd de crudo Boscán, 447 Mbpd de Merey-16 y 104 Mbpd de Hamaca. Los destinos fueron: EE. UU. 268 Mbpd; China 199 Mbpd; India 123 Mbpd; y Europa 63 Mbpd. Las corridas de refinación promediaron 216 MBPD de crudo y productos intermedios, con un rendimiento de gasolina de 79 MBPD y 74 MBPD de diésel. El precio promedio de venta de los barriles comercializados bajo licencias OFAC, neto de pago de deuda, fue de $50,8/bbl.

M.Juan Szabo, Analista Internacional de Energía
Luis Pacheco, Académico no-residente del Baker Institute

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