Objetivamente, esperanza

«Hasta el final» es la libertad. Poner fin a la barbarie. Rescatar a Venezuela. Reinstaurar la República.

Hoy, la dictadura de Nicolás Maduro consumó un golpe de Estado, el tipo de maniobra que los tiranos y dictadores recurren cuando pierden todo respaldo ciudadano. Este hecho, aunque esperado, no deja de generar rabia y amargura. Maduro, tras haber perdido de manera contundente las elecciones por un margen de 70/30, se colocó nuevamente la banda presidencial en un acto vacío de legitimidad y apoyo popular. Sin la presencia de ciudadanos y con apenas dos invitados internacionales: Miguel Díaz-Canel y Daniel Ortega, los dictadores de Cuba y Nicaragua, respectivamente, quienes también temen que la recuperación de la democracia en Venezuela provoque un efecto dominó en sus propios regímenes.

No sorprende que este evento haya ocurrido de esta manera. Lo que sí resulta trascendental es la reacción global que ha suscitado. En las primeras horas del día, países como Canadá, Reino Unido y Estados Unidos impusieron nuevas sanciones contra altos funcionarios del régimen. Además, Estados Unidos aumentó las recompensas por información sobre Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, elevándolas a 25 millones de dólares, y por Vladimir Padrino López, a 15 millones de dólares. Estas acciones envían un mensaje inequívoco: la comunidad internacional no respalda ni reconocerá la tiranía de Maduro.

Líderes de diferentes ideologías también se pronunciaron. Desde Gabriel Boric, representando a la izquierda, hasta Donald Trump, desde la derecha, condenaron el acto. Países como Israel, Argentina, Italia y República Dominicana emitieron mensajes en defensa de la democracia venezolana, dejando claro que el terrorismo de Estado no distingue entre ideologías.

La respuesta de los líderes democráticos

Tuvimos que esperar hasta la tarde para escuchar a @MariaCorinaYA y @EdmundoGU, dos figuras claves en esta lucha. María Corina Machado explicó que el intento de su secuestro express reflejó el caos interno del chavismo, donde ni siquiera sus propios operadores logran coordinarse. Además, hizo un llamado a proteger la integridad del presidente interino para garantizar una transición segura y efectiva hacia la democracia.

Por su parte, Edmundo González Urrutia, quien asumió la presidencia formal el pasado 10 de enero, reafirmó su compromiso con los votos que lo respaldan. Desde República Dominicana, aseguró estar listo para regresar al país en el momento oportuno. Su mensaje apeló a la fortaleza y confianza del pueblo, evocando el espíritu de resistencia y determinación que llevó a líderes como Winston Churchill a superar adversidades aparentemente insuperables.

Una historia de resistencia

Durante más de dos décadas, los venezolanos han soportado la opresión, la persecución y el sufrimiento bajo el chavismo. Hemos enfrentado hambre, apagones, hospitales sin médicos, escuelas sin maestros, y una migración masiva forzada. Pese a todo, el deseo de libertad permanece intacto. Este es el momento de levantarnos una vez más. Cada golpe recibido nos ha hecho más fuertes, más determinados a rescatar nuestra república.

Como pueblo, hemos aprendido a no confiar ciegamente, pero también a no perder la fe. Confiamos en nuestros líderes democráticos y, fundamentalmente, en nuestra capacidad de resistencia. El mandato es claro: libertad, democracia y el fin de la barbarie.

A levantarse

Nadie puede predecir la fecha exacta de la caída de un régimen, pero sabemos que cada día estamos más cerca. La tiranía de Maduro se tambalea, sostenida solo por el terror y la desesperanza que intenta imponer. Pero no lo logrará. Hoy, debemos transformar nuestra rabia y dolor en acción y esperanza. Mañana, levantemos nuevamente la frente y sigamos adelante. La libertad de Venezuela es inevitable, y juntos, seremos quienes la alcancemos.

¡Bravo pueblo, el momento de la libertad está al alcance de nuestras manos!

La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.