Del 9 al 10 de enero

Concluye el 9 de enero y se acerca el tan ansiado 10 de enero, el día en que, según nuestra Constitución, debe asumir el presidente electo con la mayor votación de nuestra historia: Edmundo González Urrutia.

El 9 enero, Venezuela se llenó de esperanza. Salimos a las calles, de nuevo, miles y miles, junto a los referentes de la lucha por la libertad: la número uno del país, María Corina Machado, y también Juan Pablo Guanipa, otro gran ejemplo de valentía y resistencia. Como debe ser, porque no se lidera si no es con el ejemplo. Y vaya ejemplo el que dieron.

Se venció el miedo. No porque ya no exista temor a la barbarie chavista, que solo sabe dañar, sino porque el miedo a seguir bajo su opresión es mayor que cualquier amenaza. Desde Chacao, en Caracas, hasta Tovar, en Mérida, las calles estuvieron repletas. El país entero decidió ser libre. Y como suele suceder con las mentes totalitarias, la libertad los descolocó. Erraron. De nuevo.

Un secuestro que delató el quiebre interno

María Corina Machado fue secuestrada y, tras algunas horas, «liberada». Lo primero fue una equivocación de una parte de la nomenklatura chavista; lo segundo, una equivocación de otra. Hubo órdenes y contraórdenes. Dejarla marcharse los hacía ver débiles, pero detenerla para luego liberarla también los dejó en evidencia. Con solo aparecer en público, Machado logró lo impensado: exacerbar las diatribas internas de la tiranía, donde ninguna decisión es «buena» para ellos. Eso es elevar el costo de la represión y, con ello, el costo de permanencia. Eso es «realpolitik», no sumisión.

Este paso en falso de una tiranía sin gente, sin apoyo internacional, sin control social y sin legitimidad demostró que el mundo no va a seguir tolerando sus crímenes. Desde la izquierda, el presidente Gabriel Boric alzó la voz, y desde el otro extremo, Donald Trump también se pronunció, tras un prolongado silencio. Incluso Elon Musk intervino en el debate público. ¿Es menor? No lo es. El próximo gobierno estadounidense está alineado con la lucha por la libertad de Venezuela. Mientras tanto, el actual ya prepara un contundente paquete de sanciones contra varios miembros de la dictadura.

La llegada del presidente electo

Concluye el 9 de enero y se acerca el tan ansiado 10 de enero, el día en que, según nuestra Constitución —la misma que impulsó Hugo Chávez—, debe asumir el presidente electo con la mayor votación de nuestra historia: Edmundo González Urrutia. Desde ahora, él es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Nacionales. Para su llegada al país, lo acompañarán varios expresidentes, y quizá también algunos presidentes en ejercicio. ¿Cuándo vendrá? Nadie lo sabe con certeza, ni siquiera la tiranía. Pero viene, y viene con fuerza. Porque ya es el gobernante legítimo, y quienes busquen impedir el inicio de la transición serán considerados una fuerza de ocupación ilegal. Y para eso también está nuestra Constitución. En particular, el artículo 350.

Un régimen debilitado y acorralado

Hoy, la tiranía demostró —otra vez— que no tiene gente. Aunque eso sí, siguen contando con tarimas y drones coloridos. También confirmó que son un paria mundial y que, internamente, están fracturados. Les quedan las armas, sí. Pero ¿cuántos están dispuestos a usarlas? Y ya sabemos lo que ocurre cuando una mafia como la chavista, que se sostiene solo con fuerza bruta y terror, se queda sin gente que quiera apretar el gatillo: cae el muro.

Por eso, justo por eso, hoy es el miedo el que tiene miedo.

Venezuela libre.

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