Edmundo González Urrutia y María Corina Machado durante un pronunciamiento el 29 de julio de 2024, un día después de la elección presidencial

76% de los opositores siguen confiando en el liderazgo de Machado y González

María Corina Machado y Edmundo González Urrutia continúan siendo las figuras centrales del movimiento opositor

A pesar del terrorismo de Estado que se ha profundizado en el país desde el 28 de julio, los venezolanos demuestran que su determinación por recuperar la democracia permanece sólida. Los resultados de una reciente encuesta realizada por la consultora ClearPath Strategies durante el mes de noviembre revelan un panorama alentador para quienes anhelan un cambio en el país, que es una mayoría irrefutable. Este contexto refuerza el carácter resiliente de la sociedad civil como actor clave en los procesos de transición democrática.

Una gran mayoría reconoce al ganador

Casi dos de cada tres venezolanos (63%) reconocen a Edmundo González Urrutia (EGU) como el ganador de las elecciones, un dato que incluye a la gran mayoría de los no chavistas. Este reconocimiento, además de consolidar la legitimidad del líder opositor, se alinea con la teoría de la legitimidad política, que sostiene que el reconocimiento ciudadano es un elemento esencial para consolidar el poder democrático frente a regímenes autoritarios. Es significativo que el 36% de los opositores haya experimentado presión o intimidación durante el proceso de votación, lo que subraya el uso del aparato estatal para restringir la participación, una característica común en los sistemas autocráticos.

Confianza en el liderazgo opositor

María Corina Machado (MCM) y Edmundo González Urrutia continúan siendo las figuras centrales del movimiento opositor. MCM mantiene un índice de aprobación del 77% entre los no chavistas, mientras que EGU conserva un 75%, reflejando una fuerte confianza en su liderazgo. Esta dinámica refuerza el concepto de liderazgo político efectivo, donde los líderes no solo aglutinan apoyo, sino también encarnan las aspiraciones democráticas de la sociedad. Además, el 76% de los no chavistas está de acuerdo en que ambos líderes siguen siendo la mejor opción para encabezar la oposición. Este respaldo contrasta con la escasa popularidad de otros dirigentes, como Henrique Capriles Radonski o Manuel Rosales, quienes apenas alcanzan el 1% de apoyo, lo que sugiere un cambio significativo en las preferencias de liderazgo dentro de la oposición.

Expectativas para el 10 de enero

La transición de poder esperada para el 10 de enero genera grandes expectativas entre los opositores. Un abrumador 83% de los no chavistas cree que EGU asumirá el cargo, aunque los votantes Ni-Ni se encuentran divididos: un 31% confía en que lo hará EGU, mientras que un 34% anticipa que Maduro permanecerá en el poder. Desde la perspectiva de las transiciones democráticas, esta división evidencia los desafíos inherentes a los procesos de ruptura con el autoritarismo. Si bien la transición es un momento crítico, el respaldo mayoritario a la legitimidad de EGU refleja que el capital político de la oposición es robusto, lo que puede ser determinante para enfrentar los intentos del régimen de aferrarse al poder.

Determinación para protestar y exigir cambios

Ante un escenario en el que EGU no asuma el cargo, el 79% de los no chavistas considera legítimas las protestas y está dispuesto a participar en manifestaciones prolongadas. Este dato evidencia una disposición firme de la ciudadanía para mantener la lucha en las calles si fuera necesario. Desde la teoría de la acción colectiva, esta voluntad es un indicador de que el movimiento opositor posee los elementos clave para sostener una movilización: legitimidad, organización y un claro objetivo político.

Rechazo al liderazgo militar pro-Maduro

La mayoría de los venezolanos desaprueba que el liderazgo militar continúe expresando su lealtad a Nicolás Maduro. Este rechazo resalta el aislamiento del régimen en sectores clave de la sociedad. La posición de las fuerzas armadas es fundamental en cualquier transición democrática, y este descontento generalizado podría indicar una brecha creciente entre el régimen y su base de apoyo institucional.

Estrategias y sanciones internacionales

Un 76% de los no chavistas cree que la presión internacional y las sanciones individuales son las herramientas más efectivas para ejercer presión sobre Maduro. Esto desmonta la narrativa oficial que busca culpar a las sanciones de la crisis del país. Además, desde un punto de vista politológico, las sanciones dirigidas pueden debilitar las redes de apoyo internas del régimen, facilitando la transición hacia un modelo democrático. Los encuestados reconocen que el fin de la tiranía será el punto de partida para la eliminación de estas medidas, lo que refuerza la percepción de que la transición no solo es necesaria, sino también inevitable.

Conclusión: una voluntad inquebrantable

Los resultados de esta encuesta confirman que, a pesar del terrorismo de Estado y la propaganda oficial, los venezolanos mantienen viva su decisión de luchar por la democracia y la libertad. Desde la perspectiva de los estudios sobre democratización, Venezuela se encuentra en una encrucijada donde la movilización ciudadana, el liderazgo opositor y el aislamiento del régimen son factores que, combinados, podrían catalizar un cambio histórico. Ni la intimidación ni los intentos de manipular la realidad han logrado socavar el anhelo colectivo de cambio. La oposición sigue fortalecida y la voluntad popular se mantiene firme en su camino hacia una Venezuela libre, siendo esta la única solución a los problemas que aquejan a los venezolanos.

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