Washington teme violencia política a horas de conocer resultados electorales
Unas cercas cubren los alrededores de la Casa Blanca. La policía encuentra en el Capitolio a un visitante sospechoso con un soplete y una pistola de bengala. Los accesos a la Corte Suprema también están cerrados. Aunque el día transcurre tranquilo, los habitantes de Washington DC y los turistas están ante una elección histórica, sea cual sea el resultado
“Please excuse the disruption. The District of Columbia, in coordination with National Park Service, is constructing the 2015 Presidential Inaugural Parade Reviewing Stand”, dice un letrero blanco en una de las cercas que han levantado alrededor de la Casa Blanca, en Washington DC. La reja cubre todo el perímetro: desde Lafayette Square y todo el complejo de la residencia presidencial, hasta llegar al Departamento del Tesoro.
Las cercas impiden tomarse una buena foto con la fachada. Ni siquiera la estatua de Andrew Jackson logra verse completa. Tal vez por eso no hay muchos turistas en la zona. Por el contrario, sí hay cámaras de televisión, hombres con traje y mujeres con sobretodo hasta los tacones. Son periodistas de las más grandes cadenas televisivas que cubren para el mundo la jornada que enfrenta a Kamala Harris contra Donald Trump.
Aunque no es la primera vez que ocurre (en la elección de 2016 también cercaron el perímetro con la excusa de los preparativos para la toma de posesión), hay quienes consideran que esta vez las rejas alrededor de la Casa Blanca tienen el propósito de proteger los espacios gubernamentales en caso de generarse un escenario similar al de 2021, cuando seguidores del presidente Donald Trump entraron y atacaron el Capitolio.
Así lo considera Carlos Rodríguez López, politólogo e internacionalista de la Florida International University, quien además pudo presenciar el 6 de enero de 2021 cómo los trumpistas asaltaban el Congreso: “El 6E es un día que cambió a DC para siempre, cuando ocurrió también pusieron rejas alrededor de toda la ciudad por un buen tiempo, el tema de la creciente violencia política es algo que viene preocupando a los partidos”.
La presencia de policías también es constante en las cercanías al Capitolio y a la Corte Suprema. López Rodríguez asegura que es tradición del Servicio Secreto no comentar sobre sus protocolos de seguridad y considera que el propósito del despliegue no es solo la protección de los espacios sino también garantizar seguridad en un contexto electoral: “La cuestión de la violencia política se ha vuelto una preocupación real en Washington”.
Varias tiendas ubicadas alrededor del downtown, entre ellas los CVS Pharmacy y McDonald’s, fueron cubiertas de madera por si se generan saqueos durante o después de la jornada. Esto podría confirmar lo que dice López Rodríguez sobre las rejas en la Casa Blanca. Aunque la gente continúa con sus actividades diarias, de lo que más se habla es de las elecciones: que están reñidas y que cualquier certeza anticipada es falsa.
Polarización y discurso violento
“Esta elección te habla de una sociedad completamente rota entre dos visiones de país, entre dos formas de percibir las cosas. Kamala Harris pudo construir una campaña en tres meses. Es un meritazo increíble por parte del partido Demócrata haberlo hecho cuando Trump tenía 70% de probabilidades para ganar la elección”, cuenta Luis Peche, internacionalista y consultor político venezolano que ha seguido muy cerca el proceso.
Por su parte, el partido Republicano también lo ha tenido cuesta arriba: “Esta campaña incluyó dos intentos de asesinatos a Donald Trump. Esto te habla del nivel de violencia política en los Estados Unidos, de cómo ha venido creciendo y eso lo vemos con la intolerancia que forma parte de los discursos. Y esta elección no parece que va a acabar con eso, sino que más bien va a mostrar el nivel de división que hay en toda esa nación”.
En relación con Venezuela, Peche considera que hay un costo político muy alto para cualquiera que intente deslastrarse de la causa venezolana, en este sentido sostiene que el respaldo a la oposición es bipartidista, es decir, se mantendrá gane Harris o Trump: “La incógnita es hasta qué punto será capaz de llegar una administración republicana, porque Trump ha evitado referirse al tema de Venezuela más allá de estigmatizar a los migrantes; de Harris se espera que mantenga una política parecida a la de Joe Biden”.
Una elección atípica
Por donde se le mire, esta elección será histórica, tanto por el proceso que la precedió como por los mismos resultados. Francisco Soto Oráa, historiador y experto en historia estadounidense, dice al respecto: “En buena medida, no existió un aspecto fundamental de los procesos electorales como son las primarias o fue poco lo que ocurrió, más que todo dentro del Republicano, donde rápidamente el candidato obtuvo la nominación”.
Y el caso de los demócratas es relativamente similar. Soto Oráa, también coordinador del Grupo de Estudios Estados Unidos-Venezuela de la Universidad de Los Andes, continúa explicando: “La nominación viene producto de una renuncia de un candidato presidencial y que cedió su candidatura a la vicepresidenta, una mujer que representa dos símbolos del marco político estadounidense: ser mujer y, además, afroamericana”.
¿Por qué al planeta debería importarle la elección? El historiador contesta que después de 1945, fin de la Segunda Guerra Mundial, las elecciones estadounidenses son de importancia para todos, esta en particular porque se está definiendo la postura de la potencia militar del mundo en torno a la migración; los conflictos en Ucrania e Israel; la disputa comercial con China; las políticas arancelarias y las relaciones con Europa.
Indistintamente del ganador, el resultado electoral sería histórico: de ganar Harris, sería la primera mujer en asumir el Ejecutivo del país, después de casi dos siglos y medio de existencia; de ser Trump el que salga victorioso, se convertiría en el segundo presidente en ser reelecto de forma no consecutiva. El primero fue Grover Cleveland en 1892. Así, pues, el mundo se prepara para ver el ascenso de un nuevo huésped en la Casa Blanca.