Así fueron las últimas horas de Edmundo González en Caracas

“Hasta el viernes 6 de septiembre en la tarde Edmundo González estaba decidido a permanecer en el país”, aseveró alguien muy cercano que pidió el anonimato.

El exilio de Edmundo González Urrutia representa un punto de inflexión en la lucha que la oposición venezolana libra desde el pasado 28 de julio. A una semana de su partida de Venezuela, reconstruimos las últimas horas de González Urrutia en Caracas, unos instantes en los que se mezclaron la cacería judicial en su contra, la presión de los hermanos Rodríguez, así como la “providencial” aparición del expresidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, y actores del círculo de confianza de González Urrutia, como el exdiputado Eudoro González Dellán.

Un día después de ser electo presidente de Venezuela, el 29 de julio, hasta el pasado jueves 5 de septiembre González Urrutia permaneció a resguardo en la embajada de Países Bajos en Caracas, algo que los organismos de inteligencia del régimen de Maduro no detectaron, al menos en principio, como reconoció el propio canciller venezolano, Yván Gil. 

Edmundo González llegó a esa sede diplomática por una “concesión amable y excepcional” del embajador Robert Schuddeboom, quien procuró máxima discreción y evitó notificarle al régimen de Maduro para “proteger” al político venezolano.

La estadía de Edmundo González en la Embajada de Países Bajos trajo consigo una serie de limitaciones en cuanto a su capacidad de comunicarse telefónicamente, vía redes sociales e, incluso, con sus familiares para evitar cualquier filtración sobre su lugar de resguardo. Esas restricciones y el hecho de que el embajador Schuddeboom debía partir de Venezuela el 11 de septiembre, hicieron que Edmundo González tuviera que pensar en otra sede diplomática para su protección, detalló una fuente consultada. “La mejor demostración es que ya hay nuevo embajador, las gestiones de empalme entre los dos funcionarios se realizaron durante el pasado fin de semana”.

La tarde del 5 de septiembre Edmundo González ya había decidido trasladarse a la Embajada española. Para ese momento estaban en marcha varios sucesos que jugaron en su contra y confluyeron para terminar empujándolo a la decisión del exilio. Entretanto, el avión enviado por el gobierno español  aguardaba en República Dominicana desde la medianoche de ese jueves 5 de septiembre y voló a Caracas la tarde del sábado 7 de septiembre.

A estas alturas, el abogado de Edmundo González, José Vicente Haro, ya se había reunido con Tarek William Saab en la sede de la Fiscalía el 4 de septiembre. Un día después, William Saab dio una rueda de prensa en la que le endilgó el delito de homicidio a González Urrutia. La orden de aprehensión de la Fiscalía chavista en contra de González Urrutia se había divulgado días antes, el 2 de septiembre, y casi en simultáneo entra en escena el expresidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien se ofrece ante Edmundo González como un supuesto mediador para “resolver todo” y ayudarlo a salir. 

En paralelo, también se genera el contacto entre González Urrutia y el exdiputado Eudoro González Dellán, hijo de Eudoro González, exsenador copeyano y viejo amigo del propio Edmundo González.  En este punto conviene aclarar también que tanto Rodríguez Zapatero como Eudoro González Dellán tienen una relación personal en la que nos detendremos más adelante, y ambos, a su vez, tienen conexión directa con los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez. 

Eudoro González Dellán llegó a Caracas el mismo 5 de septiembre en un vuelo comercial de AirEuropa desde Madrid y esa misma noche se reunió con los Rodríguez, señala otra fuente vinculada al entorno del presidente electo.  

Unas horas después de confirmada la noticia de la salida de Edmundo González hacia España, el diario El Mundomencionó los nombres de Zapatero y Eudoro González Dellán como dos de las figuras protagónicas en las negociaciones con el régimen de Maduro.

El 6 de septiembre, un día después de la entrada de Edmundo González a la Embajada española en Caracas, el régimen de Maduro mantuvo un asedio sistemático contra la Embajada de Argentina en Caracas, donde están protegidos desde hace semanas varios de los más cercanos colaboradores de María Corina Machado. Ese episodio, aunado al temor de la captura, fue otro de los elementos usados por el chavismo para presionar a Edmundo González y empujarlo a la decisión del exilio, coincidieron varias de las fuentes entrevistadas. 

“Hasta el viernes 6 de septiembre en la tarde Edmundo González estaba decidido a permanecer en el país”, aseveró alguien muy cercano que pidió el anonimato. 

En la madrugada del 7 de septiembre, Jorge y Delcy Rodríguez se presentaron ante la Embajada de España para aumentar la presión. En una de las últimas comunicaciones que Edmundo González sostuvo con su abogado José Vicente Haro, ocurrida el viernes 6 en la noche, le manifestó que sentía que eran “capaces de todo” y que lo podían buscar en la Embajada española, relató Haro.

La formalización del exilio de Edmundo González se materializó con la firma de dos documentos. El primero de ellos fue la propia petición de asilo al gobierno de España. El segundo fue otro donde se incluyó un pedido de salvoconducto para su esposa, así como el cierre judicial de los procesos en su contra, el compromiso de que su vivienda no sería confiscada y la garantía de seguridad para su hija que quedó en Caracas. 

“La meta era que se fuera”, sentenció otras de las fuentes que conoció las negociaciones.

El régimen de Maduro prefería maniobrar para forzar el exilio de González Urrutia a tenerlo en una cárcel en Caracas. Fuera del país, la proyección de su figura como ganador de las elecciones podría difuminarse y su salida representa en lo inmediato un fuerte golpe al ánimo de la mayoría opositora. Esa es la apuesta que hacen. Y para las gestiones estuvieron siempre dispuestos Rodríguez Zapatero y sus colaboradores.

El avión que se llevó a Edmundo González partió de Maiquetía el sábado 7 de septiembre a las 10 de la noche y en él iban el presidente electo, su esposa Mercedes López y el secretario de Estado de Asuntos Exteriores de España, Diego Martínez. Sin embargo, un funcionario que conoció los detalles de esta operación señaló que Eudoro González Dellán también iba en el vuelo.   

La conexión Edmundo, Eudoro y Rodríguez Zapatero

En esos últimos días la comunicación Edmundo González con María Corina no fue todo lo fluida que ameritaba la situación. “El proceso que llevó a la salida de Edmundo de Venezuela en todos sus detalles se dará a conocer en su momento. Nadie hoy tiene los detalles precisos de la complejidad que hubo por detrás, que trasciende actores locales”, dijo hace unos días Machado en un encuentro vía Zoom. 

En efecto, actores como Rodríguez Zapatero y Eudoro González Dellán fueron los que participaron de lleno en las negociaciones con el régimen de Maduro. 

Machado sabía que la salida del presidente electo ocurriría en algún momento, pero no estaba al tanto de los detalles ni de la fecha. Los negociadores operaron por instrucción de Miraflores para que Edmundo González la mantuviera al margen del asunto, evitando así posibles dilaciones o el surgimiento de una alternativa que diera al traste con el plan de su salida. 

La cercanía de Eudoro González Dellán con Edmundo González Urrutia es casi familiar, ya que es hijo del exsenador copeyano Eudoro González, su amigo durante su militancia en Copei. Por eso mismo hizo parte del entorno más cercano del candidato de la Unidad. 

Tan cercano que hace varias semanas se pudo conocer por fuentes judiciales que González Dellán gestionó con el régimen de Maduro la supuesta protección policial que asignaron a Edmundo González durante la campaña, lo que generó preocupación en el equipo de María Corina Machado, quien rechazaba la presencia del exparlamentario e intentó alejarlo de la toma de decisiones de la campaña. 

Sin embargo, Edmundo González no solo lo mantuvo en su equipo, sino que incorporó como asistente a Alejandro Mora, conocido como “El piojo”, quien venía de hacer un trabajo similar con Eudoro, según fuentes ligadas al propio equipo de Edmundo González. 

En el caso de Eudoro González Dellán, la sombra de su hermano Leonardo, tampoco juega a su favor. Leonardo González Dellán, fue designado por Hugo Chávez para dirigir el Banco Industrial de Venezuela entre 2002 y 2004 y luego fue señalado como un operador financiero beneficiario del para entonces recién estrenado control de cambios.  En ese sentido, su nombre figura en el famoso escándalo de los Panama Papers, que en su momento dio pie a una investigación de Armando.Info.

Eudoro tiene fuertes vínculos con España y con el propio Rodríguez Zapatero. Allí cursó al menos una maestría y un diplomado. También tiene residencia, así como empresas en el negocio de bienes raíces en Madrid. Pero en Venezuela fue diputado suplente a la Asamblea Nacional de 2015 por el estado Anzoátegui en representación del partido Primero Justicia e integrante del Parlamento del Mercosur desde febrero de 2016 hasta diciembre de 2020.

Pero más importante aún, participó como delegado de la oposición en las negociaciones con el chavismo que se dieron entre diciembre de 2017 y febrero de 2018 en República Dominicana, que terminaron abruptamente cuando los líderes de la Unidad se negaron a firmar un acuerdo inconveniente, que Rodríguez Zapatero, en cambio, sí alentaba.

La negativa a suscribir el acuerdo que el chavismo impulsaba generó que varios de los delegados opositores no pudieran regresar a Venezuela, entre ellos González Dellán, y fue entonces –durante su periodo de exilio en Madrid- cuando forjó una relación con el expresidente español a través del cual logró garantías para poder entrar y salir de Venezuela sin temor a las retaliaciones a las que el gobierno había sometido a otros opositores. Aquellas citas en República Dominicana también le sirvieron para acercarse a los hermanos Rodríguez, especialmente a la poderosa vicepresidenta.

Vale la pena mencionar que hasta el cierre de esta edición y después de múltiples intentos no pudimos tener una conversación con Eudoro González Dellán.

El 12 de julio publicamos en La Gran Aldea el texto “El dilema de Edmundo: parte de su entorno o María Corina”, en el que alertábamos sobre la agenda que impulsaba parte de su círculo cercano. Ese texto causó molestias, pero los hechos confirman que nos quedamos cortos.

La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.