Familiares de detenidas en el INOF denunciaron tratos crueles

Obligan a reclusas del INOF a desnudarse durante requisa

A las detenidas les quitaron sus artículos de higiene, libros, ropa y el agua que usan para asearse

Como si no bastaran las deficiencias infraestructurales, el hacinamiento, los tratos inhumanos y el retardo procesal a los que están sometidas las detenidas en el Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF), el jueves 29 de agosto, fueron víctimas de torturas psicológicas, y tratos crueles y degradantes durante un operativo del Grupo de Respuesta Inmediata y Custodia (GRIC) del Ministerio para el Servicio Penitenciario.

A través de familiares, varias detenidas narraron los hechos:

“Llegó un autobús rojo Yutong con funcionarios del GRIC, PNB, GNB y colectivos, en su mayoría hombres, dirigidos por un funcionario de nombre Junior Ramírez (…) La subdirectora Yoselin Pérez, de forma ofensiva y agresiva, exigía [a las detenidas] salir de los dormitorios (…) Una vez hecho esto, la subdirectora y los funcionarios procedieron a realizar las requisas y de manera arbitraria desalojaron las habitaciones de todas las pertenencias (…) A las mujeres las mandaron a desnudar en grupos, exigiéndoles mostrar sus partes íntimas, siendo grabadas mientras les realizaban este procedimiento (…) Las mujeres [estaban] con crisis de nervios y llorando observaban que llegaba un grupo antimotín”. 

A las detenidas les quitaron sus pertenencias: agua para tomar y la que almacenan para asearse, artículos de higiene personal, uniformes, ropa para dormir, ropa interior, calzado, alimentos, medicamentos, sábanas y cobijas: “Las dejaron con lo que tenían puesto, menos las cholas, y eso que no es que es mucho lo que les dejan tener en sus celdas”, confirma un familiar.

En la mañana del 30 de agosto, el abogado Zair Mundaray denunció en su cuenta de la red social X: “Metieron un camión de basura, y ahí echaron las pocas cosas que los familiares les proveen a las mujeres privadas de libertad”. Horas más tarde, el abogado agregó: “Desde que se inició este brutal operativo no han permitido a las reclusas asearse, ni siquiera cepillarse los dientes. Es de una brutalidad atroz”.

Esta brutalidad la confirma otro familiar: “Golpearon a dos detenidas”.

Hasta la fecha, se desconoce el motivo de la requisa violenta. Sin embargo, de acuerdo con el abogado Mundaray, familiares y defensores de derechos humanos, la requisa fue ordenada por la subdirectora Joselyn Pérez, exdirectora del Centro de Formación para el Hombre Nuevo (conocido como la cárcel de La Planta). Indica un familiar que “la subdirectora pasó por encima de la directora, porque la subdirectora es una torturadora”.

No ha sido la única requisa de Pérez. Siete familiares afirman que en la madrugada del domingo 4 de agosto, sacaron a las detenidas de sus celdas y las obligaron a ir al patio, pese al frío. Allí estuvieron esposadas en filas de diez hasta que las llamaron para entrar en la cocina. Cuenta uno de los familiares:

“Ahí las desnudaron, las pusieron a agacharse, pujar, pararse, brincar, abrirse sus partes íntimas con las manos y pujar, a voltearse y abrirse. Las funcionarias les gritaban. Joselyn cargaba un palo en la mano y la que estaba de directora encargada, que era una negra gorda machota, se reía de las muchachas cuando algunas se desmayaron. No se llevaron comida ni artículos de higiene personal”.

Las requisas del 4 y del 29 de agosto se llevaron a cabo tanto en el área de población, donde se encuentran las presas políticas Yanín Pernía y Aidaliz Guarisma, así como en el área de resguardo, donde está Yosida Vanegas de Monasterios (sexagenaria), y en el área de admisión, donde se encuentran las otras nueve presas políticas en este centro penitenciario: Emirlendris Benítez, María Auxiliadora Delgado, las hermanas Yolimar y Andreína Alemán, Marifrancys Marcano, Ana María Pernía, Jennifer Osuna, Peggy Morales y Vicmarys Oropeza.

El viernes 30 de agosto, según información extraoficial, la subdirectora Pérez fue retirada del centro penitenciario, pero para el cierre de esta nota, no pudo corroborarse si permanece en el cargo. Ahora la gravedad del problema sigue igual. Lo resume un familiar: “Tenemos que comprar todo todo todo otra vez como cuando las muchachas llegan al INOF, pero será poquito a poco, porque no tenemos cómo y el INOF no va a reponerles nada”.

*Todos los familiares de las detenidas pidieron mantenerse anónimos por temor a represalias hacia las detenidas

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