Germán Rubio Salas, alias Álvaro Pulido Vargas, uno de los mayores cerebros detrás de la corrupción del madurismo
“Álvaro Pulido, tras la captura de Alex Saab, siguió con los negocios de comercialización de petróleo como compensación de pago por el suministro de alimentos; mientras, Estados Unidos ofrecía 10 millones de dólares por información para capturarlo. A pesar de su caída aún quedan más preguntas para el Gobierno y aún no es claro hasta dónde podrán separar a la cúpula chavista de tantos empresarios corruptos”.
Al colombiano Álvaro Enrique Pulido Vargas, capturado la semana pasada por el caso de corrupción en PDVSA, le sienta muy bien aquel adagio popular que reza que nadie es profeta en su tierra. Casi desconocido en su país, este empresario logró amasar una inmensa fortuna a través de contratos millonarios con el gobierno venezolano, en temas de vivienda, alimentación y petróleo.
La mayoría reduce su figura al definirlo simplemente como el socio de Alex Saab, pero lo cierto es que Pulido tiene una historia propia e igual de sombría a la del barranquillero que permanece preso en Estados Unidos acusado de lavado de activos y de ser el presunto testaferro de Nicolás Maduro.
Tras la captura de Saab en Cabo Verde y su posterior extradición a Estados Unidos, Álvaro Pulido continuó en el negocio de la exportación de petróleo, por medio de empresas fachadas que le quedaron debiendo miles de millones de dólares a PDVSA. Según un documento revelado por Armando.info y que habría sido elaborado por el también capturado coronel Antonio Pérez Suárez, varias empresas de Pulido y Saab le deben cerca de 1.500 millones de dólares a la petrolera estatal.
Curiosamente, aunque el Gobierno intenta desligar del caso a Alex Saab, seguramente para mantener la tesis de que se trata de un diplomático, con la captura de Pulido comete lo que algunos llaman un autogol. El propio Saab ha dicho en entrevistas que Pulido es su amigo, lo que se suma a las evidencias de sus negocios con el Fondo Global de Construcción, Trenaco, los CLAP, entre otros.
Mientras se difundían las imágenes de un Álvaro Pulido esposado, con la cabeza baja y vestido con el overol naranja de presidiario, el ministro de la Comunicación aseguró que Pulido era el “operador financiero” del diputado Hugbel Roa, pero lo cierto es que su prontuario lo vincula directamente con Saab y, por ende, con buena parte de la cúpula del chavismo.
Un pasado oscuro
Álvaro Pulido Vargas murió el 18 de septiembre de 2005, en la ciudad de Miami. Era hijo de Ángel Alberto Pulido y de María del Carmen Brand y su cuerpo fue cremado en Fort Lauderdale. Aunque en abril de 2006 la cédula de esta persona fue deshabilitada, en marzo de 2014 la Registraduría de Colombia la restableció y se la otorgó, a través de un trámite desconocido, al Álvaro Pulido capturado hace unos días.
La razón de todo esto es que el empresario colombiano no siempre tuvo ese nombre. Según varias investigaciones, Pulido es en realidad Germán Enrique Rubio Salas, un nombre que sepultó por sus vínculos con el narcotráfico. Según la DEA, esa identidad corresponde a la de un poderoso capo del Cartel de Bogotá.
Rick Díaz, uno de los abogados de Saab, confirmó que Pulido sí tuvo un problema relacionado con el tráfico de drogas y que, después de pagar sus culpas, se cambió el nombre para vivir una nueva vida. En una entrevista con Univisión, Pulido se comprometió a presentar las pruebas sobre la legalidad de su identidad, pero nunca cumplió.
Aunque Pulido intentó borrar todo su pasado, hay un rastro que sigue generando dudas. Se trata de Emmanuel Enrique Rubio, quien sería su hijo, pero que, según Pulido, es un joven a quien “adoptó” en medio de una borrachera. Sin embargo, la conexión de este personaje con Pulido va más allá, ya que Emmanuel Rubio figuró como socio de Group Grand Limited, empresa con la que Saab y Pulido intervinieron en el negocio de los Clap.
De Emmanuel Rubio se sabe que ostentaba una vida de lujo en sus redes sociales junto a su novia, una modelo colombiana. Era usual que subiera fotos en aviones privados, yates, posando con relojes de marca y asistiendo a competencias de la Fórmula 1 en Montecarlo. A sus 23 años compró un penthouse en el edificio SLS Lux de Miami, que costó 3,6 millones de dólares.
Emmanuel permanece en el anonimato y huyendo de una orden de arresto que emitió el Departamento de Justicia de Estados Unidos por su presunta participación en el blanqueo de dinero producto de la corrupción con los Clap.
El debut
La primera aparición de la dupla Saab-Pulido se remonta a 2011 y está registrada en video. En un evento realizado entre las administraciones de Colombia y Venezuela, en ese entonces dirigidas por Juan Manuel Santos y Hugo Chávez, respectivamente, Saab firmó con el Gobierno un contrato para suministrar materiales para construir casas prefabricadas para la “Misión Vivienda”.
La empresa involucrada en este convenio fue Fondo Global de Construcción, con la cual Saab y Pulido accedieron a tasas de cambio preferenciales y al Sistema Unitario de Compensación Regional de Pagos (Sucre). Según las investigaciones, entre 2012 y 2013, la empresa recibió cerca de 159 millones de dólares para importar los kits de vivienda, pero sólo entregó productos por 3 millones de dólares.
Por ejemplo, en el estado Carabobo, los empresarios entregaron menos de cuatro de cada 100 viviendas. Hoy en día se sabe que el Fondo Global de Construcción fue constituido apenas días antes de la firma del convenio y que no tenía experiencia en el sector de la construcción. Por otra parte, según la Cámara Venezolana de la Construcción, el precio de las viviendas ofertadas por los colombianos tenía un sobrecosto cercanos al 50%.
Las investigaciones por este tema han llegado hasta Ecuador, donde Pulido fue investigado por lavado de dinero, exportaciones ficticias a Venezuela, entre otros delitos. La justicia de ese país creía que las operaciones de la empresa eran una excusa para obtener divisas preferenciales a través del mecanismo de compensación de pagos entre Venezuela y Ecuador, conocido como Sucre, acrónimo del Sistema Unitario de Compensación Regional de Pagos.
En su momento, Pulido respondió que las investigaciones eran una persecución de banqueros venezolanos. “Los banqueros que estaban en ese momento de socios de la compañía que habíamos creado, nos dimos cuenta que ellos querían coger el anticipo e irse y no construir (…) entonces nos tocó decir que nosotros no recibíamos anticipo del gobierno venezolano”, dijo Pulido.
A los contratos de viviendas de interés social se suman otros de 100 millones de dólares para la construcción de los llamados gimnasios verticales. El contrato lo otorgó la Fundación Pro-Patria 2000 en 2013, cuando Nicolás Maduro apenas llevaba unos meses como presidente. De los 30 gimnasios prometidos, muchos quedaron en abandono por el incumplimiento de los contratistas.
El plato fuerte
El negocio que consolidó a los colombianos, y a la vez los puso bajo la lupa de la justicia de diferentes países, fue el de las importaciones de alimentos para el programa de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap). En este caso, Pulido y Saab trabajaron con su empresa Group Grand Limited.
Antes de esta trama aparece el negocio de venta de maíz, trigo, arroz y soya al gobierno venezolano, en el que los dos socios ingresaron con la empresa Global Foods Trading, registrada en Panamá. Aunque en esta compañía no aparecen registrados los nombres Saab y Pulido, sí aparecen los de Emmanuel Rubio González, hijo de Álvaro Pulido, quien era socio de Amir Nassar Tayupe y Fernando Bermúdez Ramos.
Esa empresa firmó varios contratos con Corpovex en tiempo récord. Por ejemplo, logró vender 90.000 toneladas de maíz amarillo en 357 dólares cada una, para un total de 32,1 millones de dólares, lo que generaría sobrecostos aproximados de 137 dólares en cada tonelada. La firma también vendió 60.000 toneladas de trigo, en un contrato de 28,2 millones de dólares. Documentos revelados por Armando.info señalan que el Gobierno envió los pagos de Global Foods Trading a un banco en Antigua y Barbuda, reconocido paraíso fiscal.
En 2017, la exfiscal Luisa Ortega Díaz reveló que Álvaro Pulido y Alex Saab estaban detrás de Group Grand Limited, a través de las cual manejaban el negocio de los Clap, con el supuesto apoyo del Gobierno, incluso del mismo Nicolás Maduro. Aunque en un primer momento Saab negó su conexión con la empresa, documentos comprueban que el hijo de Alex Saab, Shadi Nain Saab, era responsable de la firma cuando esta vendió cientos de kilos de alimentos para los Clap a la Gobernación del Táchira.
En el mismo 2017, la empresa en cuestión habría firmado dos contratos para el suministro de más de 20 millones de cajas de alimentos y facturó en un solo día 113 millones de dólares. Según diversas voces, en los primeros meses del negocio se suscribieron contratos por 600 millones de dólares para el suministro de 21 millones de cajas.
En medio de este negocio se conoció que algunos de los alimentos que conformaban los combos no tenían el suficiente contenido nutricional, como es el caso de la leche en polvo que iba destinada a la primera infancia. Según Armando.info, la leche comprada era baja en proteínas y calcio, pero alta en carbohidratos y sodio.
Pulido y Saab no solo se metieron en el tema de los alimentos, pues también hay rastro de sus negocios con medicamentos. Hay por lo menos tres contratos, que suman 213 millones de dólares, suscritos entre Group Grand Limited y Corpovex en marzo de 2017, para la compra de medicinas que traían de India. Incluso, los dos socios colombianos también están relacionados con la franquicia de las tiendas Clap.
La llegada al petróleo
El siguiente paso de Pulido y su socio fue la industria petrolera. En 2015 apareció, sin hacer mucho ruido, la empresa colombiana Trenaco. Según indagaciones de Reuters, esta compañía obtuvo un contrato por 4.500 millones de dólares para la activación de 600 pozos en campos de la Faja Petrolífera del Orinoco. Sin embargo, tras varias quejas del sector, el convenio se deshizo y la firma trató de borrar su rastro.
Según los testimonios recaudados por la agencia, detrás de Trenaco estaban Pulido, Saab y un tercer colombiano, Carlos Gutiérrez Robayo. Con información de Panamá Papers, Trenaco está relacionada con Fair Trade Energy, S.A, que tenía como beneficiarios finales a Felipe de la Vega y Gutiérrez Robayo, quien además es concuñado de Gustavo Petro, actual Presidente de Colombia.
Con las sanciones de Estados Unidos al régimen de Maduro, Pulido y Saab ganaron más protagonismo en el sector del petróleo, creando un esquema, junto a Joaquín Leal, para exportar crudo. Tan solo en junio de 2020, mes en que Alex Saab fue detenido y Joaquín Leal sancionado por el Departamento del Tesoro, las empresas involucradas enviaron unos 15 millones de barriles desde puertos venezolanos.
Para todas estas operaciones con petróleo, Pulido y Saab utilizaron al menos 19 sociedades y, como ya se reseñó, le deben al menos 1.500 millones de dólares a PDVSA. Pulido, tras la captura de Saab, siguió con los negocios de comercialización de petróleo como compensación de pago por el suministro de alimentos; mientras, Estados Unidos ofrecía 10 millones de dólares por información para capturarlo. A pesar de su caída aún quedan más preguntas para el Gobierno y aún no es claro hasta dónde podrán separar a la cúpula chavista de tantos empresarios corruptos.